Preocupación por la proliferación de conciertos en el Teatro Romano de Mérida
Peligra el patrimonio del Teatro Romano de Mérida. La proliferación de conciertos en su interior ha hecho que los los técnicos del Consorcio de la Ciudad Monumental alerten de que se «abusa» de un uso que debería ser excepcional porque puede ocasionar muchos daños.
Fuentes del consorcio han asegurado a Efe que esa «excepcionalidad» era la que primaba «hasta que llegó el Festival Stone», que, en sus primeras ediciones sí programaba solo alguno de los conciertos en el Teatro Romano, pero que cada año «va a más» hasta el punto de que en la próxima edición, salvo uno (el de Sting), todos serán en este recinto.
Lamentan que pese a esa preocupación, tienen la sensación de que para las administraciones públicas la protección del patrimonio «es algo secundario» y destacan que la sucesión de conciertos en este recinto ocasiona no solo daños durante las labores de montaje y desmontaje, sino los derivados de los elevados decibelios que generan los equipos de sonido.
«A nadie le importa, pero no se debe de olvidar que es patrimonio de la humanidad y que igual que te conceden el título te lo pueden quitar», aseveran.
En este sentido, señalan que estudios llevados a cabo, por ejemplo, por la Escuela de Arquitectura de Sevilla, han puesto de manifiesto que mientras que los agudos atraviesan la piedra «los graves chocan y causan daños, que terminarán por aparecer».
Aseguran que nunca se han opuesto al uso del teatro para otras actividades, pero creen que debe hacerse «con mesura», ya que no deja de ser un monumento de más de 2.000 años, «que con la antigüedad que tiene y por mucho que se restaure está delicado y no se puede hacer un abuso como se está haciendo».
A su juicio, no se es consciente de que la existencia y conservación del teatro romano están en la base de otras actividades que se realizan en la ciudad «y que tienen su importancia porque existe este patrimonio».