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Crítica de ‘El Padre’, nominada a mejor película en los Premios Oscar 2021

‘El padre’ se presenta a los Premios Oscar 2021: una desgarradora película sobre la demencia.

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Premios Oscar 2021
'El padre', nominada a mejor película en los Premios Oscar 2021 (Sony Pictures Classics)

La noche de los Premios Oscar 2021 ya ha llegado y estamos a punto de conocer los resultados y los ganadores. ‘El Padre’ ha sido nominada en la categoría de mejor película, así como a mejor actor (Anthony Hopkins), mejor actriz (Olivia Colman), mejor guion adaptado, mejor montaje y mejor diseño de producción. Un reconocimiento que la ha alzado como una de las mejores obras de 2020.

Florian Zeller debuta en la dirección para adaptar su propia novela. ‘El padre’ versa sobre un anciano que, al comenzar a padecer de demencia, clama por su derecho a vivir solo, sin necesidad de cuidadora alguna que lo vigile constantemente. Sin embargo, su hija no está dispuesto a permitir que esto sea así, buscando alternativas para que su padre reciba la atención que necesita. Ahora bien, la película no está narrada con una estructura tradicional, sino que aboga por un estilo propio verdaderamente revolucionario. Los Premios Oscar 2021 se han hecho eco de ello y ‘El padre’ suena con fuerza para llevarse el galardón a mejor guion adaptado.

La desgarradora perspectiva de la demencia

La película comienza con un planteamiento sencillo: una hija que se despide su padre para seguir su propia vida; pero, antes de marcharse, quiere asegurarse de que recibe los cuidados necesarios, a pesar de su constante negativa. Sin embargo, ‘El padre’ presenta un punto de giro al final del primer acto que invade al espectador de interrogantes. Se trata de un pequeño anticipo de todo lo que vendrá a continuación, dejando un relato tan confuso como desgarrador.

‘El padre’ huye de la linealidad narrativa. Se salta las leyes de la coherencia cinematográfica y aboga por el caos en el desarrollo. Un segundo acto en el que no hay rastro de orden en el curso de los acontecimientos. Todo parece fruto del azar, como piezas de un puzle que no encajan. Un puzle al que, si bien se le puede intuir cierta imagen de fondo, queda notablemente difuminado, llevando al espectador a la impotencia.

Es aquí donde reside la magia de ‘El padre’. Este desorden es una construcción milimétrica, cercana y empática de la demencia. La película busca ponernos en la piel del enfermo, despertando los mismos sentimientos de confusión y agobio que siente el anciano. La fuerza del guion asciende por momentos, poniendo a prueba la resistencia de un espectador que, a diferencia del protagonista, recuperará su perspectiva de la realidad una vez la cinta llegue a su fin.

La maestría de Florian Zeller en la adaptación de su obra, así como en la dirección, hacen de ‘El padre’ una de las películas más duras de los Premios Oscar 2021. La cinta no necesita irse al melodrama, simplemente reflejar una realidad desconocida para la gran mayoría. Porque, al igual que la hija del protagonista, no es fácil entender la enfermedad; no hasta que alguien como Zeller nos quita la venda de los ojos para hacer un nudo en nuestra garganta. Una perspectiva sobrecogedora que deslumbra veracidad a cada minuto que pasa.

Anthony Hopkins sigue deslumbrando a sus 83 años

Anthony Hopkins, a sus 83 años, sigue siendo uno de los mejores intérpretes jamás vistos en la historia del cine. ‘El padre’ le ha valido para llevarse una nominación a los Premios Oscar 2021, sexta vez que se postula al galardón que ganó con ‘El silencio de los corderos’. Un reconocimiento más que merecido, siendo la única persona que podía otorgar más autoridad a un guion ya lo suficientemente sólido; haciendo de la película una convergencia entre escritura, dirección e interpretación impecable.

La versatilidad de registros como actor que ha marcado la carrera de Hopkins queda nítidamente reflejada en ‘El padre’. El caos narrativo nos presenta diferentes versiones de un mismo personaje, capaz de pasar del enfado más radical, al tono cómico en cuestión de segundos. Gritos y risas. Autoridad y fragilidad. Seriedad y disparates. El contraste es continuo en la película, otorgando a Anthony Hopkins la oportunidad de hacer alarde de su absoluto dominio del arte interpretativo, para llevar al personaje a una conclusión en la que el actor deslumbra más si cabe a lo que nos tiene acostumbrados.

Nadie habría sido capaz de ponerse en la piel de este personaje como Hopkins. Un papel que Florian Zeller parece haberle dedicado ya desde el mismo proceso de escritura -a modo de anécdota, el nombre del protagonista es Anthony, nacido el 31 de diciembre, al igual que el actor-. Porque el director, teniendo a una de las mejores figuras del séptimo arte entre manos, saca a relucir todo su potencial. Cada plano es una muestra de admiración que, junto a la decisión espacial de Zeller de centrar toda la acción en un mismo lugar, hacen que Anthony Hopkins no necesite nada más que su maestría para dejar una impactante interpretación.

Los Premios Oscar 2021 repartirán las estatuillas el próximo 25 de abril; pero, independientemente de los resultados, las nominaciones ya han puesto en el punto de mira una de las obras más crudas del último año. Una cinta con tintes independientes que, gracias a la solvente narrativa de Zeller y la interpretación de Hopkins, ha encajado en el curso comercial.

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