Luis Alfonso de Borbón inaugura su último negocio: un gimnasio para ponerse como Hulk
Aunque se trata de un personaje muy conocido para las revistas del corazón, poco se habla de la faceta empresarial de Luis Alfonso de Borbón. El heredero del trono de Francia mantiene negocios propios más allá de la representación en nuestro país de los bancos de su suegro, Victor Vargas. El último reto de Luis Alfonso es meterse en el competido mundo de los gimnasios.
Reto 48, este es el último negocio que ha puesto en marcha Luis Alfonso de Borbón y que consiste en un sistema, basado en técnicas utilizadas por los militares estadounidenses, que garantiza que en 48 días te pones más fuerte que un toro. Eso sí, con ciertas exigencias. Un nutricionista en todo momento te supervisa la alimentación y debes entrenar en ese periodo de tiempo de lunes a sábado. Haces cross fit, te ponen chalecos para sudoración y como reza el anuncio se trata de un desafío para cuerpo y mente así como una forma de cambiar tu modo de vida.
Está todo tan milimétricamente medido que en la inauguración, que se producirá este miércoles a las 20 horas, está terminantemente prohibido que las mujeres acudan con zapatos de tacón pues podrían estropear la superficie sobre la que deben desarrollarse estas actividades que te dejan como Arnold Schwarzenegger.
Este no es más que un paso en la ya prolongada carrera empresarial de Luis Alfonso de Borbón. Muy conocido por las revistas del corazón, que son para su madre una de sus principales fuentes de ingresos, él siempre ha querido distanciarse de este mundo y acudir a eventos sociales sólo en calidad del legítimo heredero del Trono de Francia.
Sus negocios pasan por el mundo inmobiliario, cuenta con participaciones en hoteles e inmuebles, coordinando toda su actividad desde una oficia que tiene en el Barrio de Salamanca de Madrid. Precisamente en la calle Velázquez es en la que ha decidido instalar su gimnasio ahora que todo el mundo anda obsesionado con estar lo más en forma posible en el menor espacio de tiempo.
Se trata de un negocio competido pero no es un asunto que le eche para atrás a un joven de 42 años que domina el inglés y el francés acostumbrado a bregar en el mundo financiero. Parte de sus actividades se dedican al sector bancario pues es el representante en Europa de los bancos que su suegro, el multimillonario venezolano Victor Vargas, posee y desarrolla actividades en el Viejo Continente. Antes de casarse ya fue un importante gestor de patrimonios en la BNP Paribas tanto en la capital francesa como en la española.
Su mes laboral consiste se articula de la siguiente forma, una semana esta en Venezuela y otra viajando por las capitales del mundo dinamizando los intereses de una de las mayores fortunas de Hispanoamérica. Las otras dos semanas permanece en Madrid con su familia estando muy encima de sus «asuntos propios» que se encuentran repartidos en diferentes ciudades españolas.
Sin embargo, lejos de pensar que está todo el camino andado dicen los que le conocen que está todo el día buscando negocios y asuntos que le garanticen un buen colchón. Lo tuvo claro cuando recibió de una estación de esquí americana unos 4 millones de dólares en concepto de indemnización por la trágica muerte de su padre hace ya más de 10 años. Primero optó por la bolsa y después, a medida que iba conociendo el mercado, apostó por negocios más tangibles. Su padre de hecho fue un importante directivo del Banco Exterior de España del sector inmobiliario.
Siempre ha actuado como si ése dinero fuera la única herencia pues es muy consciente que por parte de su familia materna es muy aventurado esperar que vaya a recibir nada (en su entorno no son ajenos a que cuando muera su abuela, la hija de Franco, todo cambiará) y a nadie se les escapan sus diferencias con la Familia Real española por cuestiones dinásticas.
Centrado en su mujer y sus hijos, son sus primos (la familia Ardid Martínez-Bordiú) los que le acompañan en sus aventuras empresariales con las que cosechan un éxito discreto.