Comunidad Valenciana
AGRICULTURA

Mazón defiende en Bruselas poner «todos los medios» para «defender a nuestros agricultores»

La Comisión de Recursos Naturales del Comité de Regiones aprueba el dictamen del presidente valenciano

El presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón ha defendido este jueves en Bruselas que «hay que poner todos los medios para proteger a nuestros agricultores, garantizar la seguridad y la calidad alimentaria para la ciudadanía y fomentar, de manera real y efectiva, la equidad y el acceso a los mercados globales». Mazón se ha manifestado así en su defensa de las denominadas cláusulas espejo dentro del dictamen sobre Competitividad Agrícola, que él ha presentado ante el Comité de las Regiones.

Las cláusulas espejo son las condiciones de reciprocidad que los agricultores de países europeos, sobre todo españoles y franceses, piden a la Unión Europea incluir en sus acuerdos comerciales con países terceros cuyos productos se exportan a Europa.

El dictamen de Carlos Mazón, titulado Mejorar la competitividad agrícola regional de la Unión europea: una estrategia global que integre condiciones comerciales equitativas y seguridad fitosanitaria, ha sido aprobado en la Comisión del Recursos Naturales del citado Comité y será elevado al Pleno de este organismo en noviembre.

El presidente valenciano ha propuesto alcanzar «una mayor equidad, innovación y coordinación fitosanitaria» en el marco de las políticas agrarias europeas para, con ello, asegurar productividad, competitividad y sostenibilidad en la agricultura.

Mazón ha presentado la propuesta para reforzar lo que se denomina la Política Agraria Común (PAC) y poner a la vez de manifiesto la «urgencia» de «integrar y coordinar» en ese mismo marco otras políticas que aborden los retos actuales y futuros del sector de manera «clara, efectiva y sostenible para todos los agricultores».

Carlos Mazón, que ha estado acompañado en Bruselas por el consejero valenciano de Agricultura Miguel Barrachina, ha señalado, también, las prácticas comerciales desleales, el calentamiento global y la competencia en un mercado «especialmente» sensible a cambios geopolíticos o fluctuaciones demográficas como los «grandes desafíos». Y ha apostado por abordarlos desde una estrategia «global, ambiciosa y realista».

Ha demandado políticas que garanticen que el sector sea «viable, sostenible y con futuro». Porque, según ha explicado, también, de ello depende la fortaleza de los territorios, que son «base y sustento» de toda la actividad: «Desde el comercio a la gastronomía».

Y ha puesto en valor a la agricultura. Un sector «esencial y estratégico» en el desarrollo económico y social. Pero, además, una pieza «fundamental en el reto de la transición ecológica».

Mazón ha planteado un sistema de inspección «en origen» a nivel de la Unión Europea (UE), que garantice que los productos agrícolas importados de terceros países cumplen con la normativa europea de sanidad vegetal. Con ello, se protegerían las explotaciones de plagas y enfermedades no presentes en la agricultura europea y se aseguraría la sanidad alimentaria.

Además, ha instado a una «equiparación» de políticas comerciales y fitosanitarias, que garantice que los acuerdos comerciales con países terceros sean «equitativos y mutuamente beneficiosos». También, ha defendido, como se ha dicho las cláusulas espejo. Así, como poner a disposición de los agricultores tecnologías que permitan «obtener nuevas y más resistentes variedades» o responder a las consecuencias del calentamiento global, valorando las soluciones que contribuyan «a compensar los desequilibrios hídricos».

Finalmente, ha apostado por impulsar una agricultura «de precisión» y el uso del blockchain para avanzar en la transparencia de la cadena de suministros y en la trazabilidad de los productos agrícolas y alimenticios «tanto de los producidos en la Unión Europea como de los países terceros, desde el origen al consumidor final».