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Madrid tendrá playa y estará en el centro: agua salada, arena y calamares

El estanque del Retiro afronta en 2026 una transformación que va mucho más allá de unas simples obras de mantenimiento: el Ayuntamiento de Madrid vaciará este espacio emblemático para reparar su estructura y, una vez finalizados los trabajos, lo rellenará con agua salada y lo convertirá en el hábitat de calamares, una propuesta tan sorprendente como ambiciosa que promete cambiar para siempre la imagen de uno de los lugares más icónicos de la capital, transformándolo en una playa.

Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Madrid busca reinventar el ecosistema del estanque, hasta ahora dominado por carpas y aves acuáticas, para adaptarlo a la cría de una especie marina poco habitual en pleno centro urbano. Según ha explicado Marcelino Cente, portavoz municipal de innovación y tradiciones, la idea es criar calamares autóctonos con un objetivo tan insólito como simbólico: impulsar la candidatura del bocadillo de calamares para obtener la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), elevando este icono gastronómico madrileño a una nueva categoría.

Bocadillos de calamares en la playa y con producto madrileño

El plan, denominado Retiro Marino, va un paso más allá e incluye la colocación de casetas gastronómicas alrededor del estanque, donde se elaborarán al instante bocadillos de calamares con piezas recién capturadas. Para completar la experiencia, las tradicionales barcas del Retiro se adaptarían con cañas y cebo, permitiendo a los visitantes pescar su propio calamar y degustarlo al momento, en una propuesta que mezcla ocio, gastronomía y una reinterpretación inédita del parque más emblemático de Madrid.

Esta propuesta insólita se enmarca dentro de un plan más amplio que todavía se encuentra en fase preliminar y que contemplaría, incluso, la sustitución progresiva de algunas zonas verdes por arena. El objetivo final, según fuentes municipales, sería avanzar hacia una idea que en el Ayuntamiento ya califican de “hito urbano”: convertir Madrid en una ciudad con playa. «El Retiro ha sido jardín real, pulmón verde y espacio cultural. Ahora es el momento de que también sea puerto», afirmó Cente con total seriedad y sin matices irónicos en su intervención.

Una buena noticia para los hosteleros

Aunque el anuncio ha despertado dudas entre expertos en biología marina y urbanismo, que cuestionan la viabilidad ecológica y técnica del proyecto, la iniciativa ha sido recibida con entusiasmo por parte de los hosteleros del centro, que interpretan el plan como un respaldo simbólico y comercial al bocadillo de calamares, uno de los emblemas gastronómicos más reconocibles de la capital.