Los agricultores queman banderas de cinco países y al maniquí que simboliza al director de la Enesa
El furor incontenible del campo valenciano se ha desatado hoy al inicio de la movilización de agricultores y ganaderos: se han quemado las banderas de cinco países y al maniquí que simboliza al director de la Enesa.
El hartazgo ante las políticas agrarias de Sánchez, la falta de protección por parte de la Unión Europea, la competencia desleal de países terceros y unos seguros cuyas coberturas les quieren reducir tienen hastiado al campo valenciano. Ya no puede más. Hoy, manifestantes, situados delante de la pancarta, ha tendido en el suelo un maniquí. A su alrededor ha vaciados varios sacos de naranjas y, finalmente, ha cubierto al muñeco con la bandera de cinco países. En paralelo, otro manifestante, decía a través de un megáfono, en valenciano, que «aquí quemamos la bandera de Sudáfrica, la de Egipto, la de Argentina, la de Turquía»…, mientras alguien le recordaba «y la de Holanda», para que el portador del megáfono añadiera: «los holandeses, que son los aliados de Sudáfrica». Y, en ese momento, han prendido fuego a las banderas que había sobre el maniquí. Los demás asistentes a la movilización han seguido lo que ocurría tras la pancarta. No ha habido aplausos. Pero tampoco abucheos. La multitud seguía expectante lo que sucedía. Un furor desmedido que no correspondía a una jornada como la de hoy.
Ese desmedido furor también ha llevado a quemar al maniquí. Simbolizaba que están ‘quemados’ con la Entidad Estatal de Seguros Agrarios y su director, Miguel Pérez. Los agricultores no aceptan lo cambios que propone el Gobierno en esos seguros y la situación está llegando a un punto límite de crispación. Entienden que les quitan coberturas y que pagarán más por menos. Respecto a las banderas, los agricultores consideran que los productos sudafricanos que llegan a los mercados traen plagas y contagian al campo, que Egipto invade esos mercados sin que la Unión Europea y el Gobierno de Sánchez tomen cartas en el asunto. Y creen que su trabajo no compensa: las condiciones actuales les llevan a la ruina.
Ante todo ello, han decidido movilizarse y que esa movilización tenga una visibilidad real. No será la última vez. Tienen previsto llevar su protesta a Madrid en una acción conjunta con todas organizaciones agrarias y ganaderas de España.