Cine

El camino hacia ‘Avengers: Endgame’: ‘Iron Man’ o el nacimiento del superhéroe

Estamos repasando todas las películas del Universo Cinematográfico de Marvel

'Iron Man' se estrenó en 2008, iniciando así la época dorada de los superhéroes

Suena AC/DC. Un grupo de militares observa de reojo a un hombre con aires de multimillonario y personalidad gamberra que parece resultar intimidante. Un par de bromas por su parte y los tiene en el bolsillo. No sabemos a dónde lo llevan, pero parece un invitado de honor. Se toman una fotografía con él. Más bromas. Y una explosión. Los militares son asesinados. El hombre multimillonario y gamberro, secuestrado. Así empieza ‘Iron Man’. Así empieza el Universo Cinematográfico de Marvel, que tendrá en ‘Avengers: Endgame’ su (primera) gran consecución.

El Universo Cinematográfico de Marvel comienza con ‘Iron Man’, en 2008. Con Robert Downey Jr. como protagonista y Jon Favreu detrás de las cámaras. Con secundarios de lujo como Gwyneth Paltrow o Jeff Bridges. ‘Iron Man’ es una película de orígenes al uso, pero tiene el honor de ser la primera y tiene la valía de estar bien hecha. Es importante, porque es el principio, porque es un buen principio y porque va sentando bases que por entonces ni siquiera podíamos imaginar.

Tony Stark es un multimillonario gamberro que dedica su extraordinaria inteligencia y su tremendo ingenio a la fabricación de armas. En la presentación de su último invento de valor, es secuestrado por un grupo de terroristas. Durante el ataque es herido de gravedad, y al despertar descubre dos cosas: que tiene una importante cantidad de metralla abriéndose paso hacia su corazón, y que esos terroristas utilizan las armas que él fabrica. El nombre de Stark Industrias está por todas partes, y así es como descubre que sus creaciones no solo sirven para proteger al pueblo americano: también lo asesinan, como asesinan a muchas otras personas en todo el mundo. Y Tony está allí, en esa cueva, secuestrado, porque debe fabricar más para ellos o morirá.

Gracias a esa inteligencia y a ese ingenio, y junto a un hombre llamado Yinsen que también se encuentra secuestrado, es capaz de aprovechar el anómalo estado de su cuerpo y su corazón para crear un traje-escudo aprovechando los misiles que los terroristas guardan. A prueba de balas y con todo tipo de artefactos de ataque, Tony Stark sale de esa cueva prácticamente ileso, habiendo acabado con decenas de terroristas y con una visión diferente del mundo. Se ha enfrentado a la semana más importante de su vida, y todo ha cambiado por completo. Por eso, lo primero que hace al regresar a Estados Unidos es cerrar el departamento de su empresa dedicado a la fabricación de armas. “Me convertí en parte de un sistema al que no le molesta tener cero responsabilidad”, dice entonces. Ha visto su legado, y no es el que quiere. No es el que siente que debe ser. Siente que puede hacer algo más por el mundo.

‘Iron Man’ es una buena película de orígenes porque muestra de una forma clara el nacimiento de un héroe. Cuando todos a su alrededor se preguntan por qué está cambiando su vida, cómo es posible que pase de vender armas a luchar contra ellas, su respuesta no puede ser más clara: “no estoy loco, es solo que ya sé lo que debo hacer. Y siento en el fondo de mi corazón que es lo correcto”.

Lo que ha sucedido es que hasta ese incidente de la cueva, su visión del mundo era una visión muy reducida. Muy limitada. Amparado por el dinero y la posición de poder de su padre, pero sobre todo por su eterna figura de empresario exitoso al servicio de Estados Unidos, Tony Stark no es consciente de a qué está dedicando su vida. Tampoco es consciente de que han elegido por él la vida que debe vivir antes de que pudiera darse cuenta. En la oscuridad de esa cueva abre los ojos, y cuando su visión del mundo se amplia, cuando deja de actuar guiándose por el egoísmo inculcado y la ceguera asumida, empieza a nacer el héroe.

Puede decirse que seguimos una especie de camino de redención consigo mismo y con el mundo, que comienza con ‘Iron Man’ pero no termina aquí. Pasaría un tiempo hasta que viéramos al verdadero superhéroe, que parece encontrar su destino final en ‘Iron Man 3’. En esta última película de su trilogía vemos, como ya vemos aquí, que Tony Stark es muchísimo más que un traje, pero esa historia la contamos otro día. En esta ocasión, estamos hablando de comienzos.

Y todo comienza con una salvación. Tony Stark tiene que salvarse literal y físicamente a sí mismo; tiene que echar mano de todo lo que ha aprendido y del genio que dicen que es para lograr detener la metralla y escapar de sus secuestradores. Por eso nace Iron Man. Es, podríamos decir, otro acto de egoísmo. Pero de ese acto de egoísmo surge todo lo demás, porque es a partir de entonces cuando comprende que hay mucho que salvar, que él mismo es parte del problema y que ni siquiera su vida importa tanto. Cuando comprende todo esto, cuando empieza a actuar en consecuencia, es cuando de verdad se salva. Y cuando nace el héroe.

La personalidad gamberra del personaje está presente en todo momento y no ha cambiado desde entonces. Ha evolucionado, y es algo que agradecemos. Y se ha ido adaptando a las circunstancias como éstas requerían que hiciera. Pero Tony Stark sigue siendo el gamberro que vemos en la primera escena, en el diverti-jeep. Es parte de su encanto, y la razón por la que las películas en las que él está involucrado suelen ser divertidas.

‘Iron Man’ también es divertida. Es, sin duda, entretenida. Está bien construida, es dinámica y de fácil visionado. El guion es bueno. Después de verla en tantas ocasiones, uno pierde la capacidad de discernir si es o no previsible, pero entiendo que esto tampoco debe suponer un problema. Es una película de superhéroes, y como tal necesitamos que tenga clichés.

Las escenas de acción están bien llevadas y no se advierten los hilos colgantes. Descubrimos, a la vez que lo hace el propio Tony Stark, cómo funciona ese traje y nos preparan para que nos acostumbremos a él, para que cuando le veamos hacer algo impresionante no pensemos que es imposible. Es toda una experiencia caminar de la mano de Tony Stark por su tecnología, y ahorró a Marvel muchas explicaciones futuras.

Y eso que ha habido tiempo para explicaciones. Una década después, seguimos evolucionando con Tony Stark y su cada vez más espectacular traje. La prueba de que en 2008 ya tenían muy claro que querían hacer algo grande con ese principio está en la presencia casi constante del bueno de Phil Coulson y la por entonces impronunciable SHIELD. La continuidad de la que siempre ha presumido (con razón) Marvel, se originó en ‘Iron Man’. También en este aspecto, fue un buen principio.

Con ‘Iron Man’ empezamos. Con el nacimiento de un superhéroe gamberro que abre los ojos al mundo. Dos escenas inolvidables: la primera misión de Tony Stark, la famosa explosión de la que se marcha sin mirar atrás, y la confirmación ante el mundo de que es Iron Man. La rebeldía, el ego, el humor, las ganas de probarse a sí mismo, la necesidad de reconocimiento, el deseo de un buen legado y las ganas de ayudar, todo está en esa última escena. ¿Es o no un buen principio?