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Red neuronal líquida: nuevos robots que evolucionan de forma autónoma

Entre las novedades que nos ofrece la robótica, está el hecho de que los robots evolucionan de forma autónoma. Esto es lo que debes saber.

  • Francisco María
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Actualmente, la robótica desarrolla sistemas de inteligencia artificial que pueden vivir y trabajar en entornos desafiantes, como planetas distantes o fosas oceánicas profundas, sin necesidad de ser supervisados por humanos. Estos robots evolucionan para adaptarse solos a las condiciones y solucionar sus propios problemas. El nuevo enfoque se denomina red neuronal líquida y tiene incorporada una especie de «neuroplasticidad», lo cual significa que el robot del futuro podrá aprender de sus experiencias.

Robots que evolucionan de forma autónoma

Empresas como Boston Dynamics producen actualmente robots que desarrollan todo tipo de tareas, como cargar materiales, construir, ensamblar piezas en las fábricas y proporcionar diversos servicios útiles para el hombre. Estos modelos de inteligencia artificial han evolucionado en ecosistemas de robots autónomos que podrían, lejos de la Tierra, ayudar a construir los hogares del futuro sin la supervisión humana.

A pesar de estos avances, su diseño plantea algunos problemas, pues se ignora cómo sobrevivirán a las condiciones de temperatura, presión y corrosión química. Pero la naturaleza ha resuelto ese problema, proporcionando como modelo la evolución darwiniana.

Este proceso se ha llevado a cabo en nuestro planeta durante miles de años, pero la evolución artificial, a diferencia de la evolución biológica, consumiría horas o incluso minutos.

Proyecto Autonomous Robot Evolution

Los científicos del proyecto Autonomous Robot Evolution (ARE) trabajan para desarrollar una tecnología disruptiva sin precedentes. Esta será capaz de fabricar robots con impresoras 3D con una arquitectura evolutiva híbrida de diseño hardware-software.

Esto significa que cada robot físico tendrá un clon digital. Mientras los robots físicos realizan pruebas de rendimiento en entornos reales, sus clones digitales evolucionarán dentro de un programa de software.

Este sistema introduce una evolución novedosa, produciendo nuevas generaciones de robots a partir de los mejores rasgos de un padre robot físico y una madre robot virtual.

El robot «madre» puede fabricar sus propios «hijos», sin la intervención del hombre. Se han programado para producir mecanismos robóticos simples, de entre uno y cinco cubos de plástico, con un motor interno. Estos “niños robots” nacen, comienzan a gatear como los humanos y se evalúan para determinar qué diseño es mejor.

Los resultados se utilizan para que la madre tenga en cuenta estos principios en la segunda generación y utilice el “ADN virtual” de los niños mejores de la primera generación, con la finalidad de transmitir rasgos preferenciales. Cuando este proceso se repitió cientos de veces, el resultado fue que los más aptos de la última generación eran capaces de realizar una tarea de locomoción dos veces más rápido que los de la primera generación.

Los científicos afirman que han conseguido grandes avances, diseñando algoritmos evolutivos artificiales que producen robots que aprenden a navegar en laberintos complejos. Los algoritmos hacen que evolucione físicamente para superar los desafíos, pero también se adapta “el cerebro” del robot.

Estos avances cambiarán el concepto de máquinas, pues la nueva generación de robots podrá cambiar su forma y su comportamiento, como los humanos.

La IA líquida aprende continuamente

La inteligencia artificial (IA) no se parece al cerebro humano. Los ingenieros del MIT y del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria, crearon la arquitectura del algoritmo inspirándose en el sistema nervioso de C. elegans, un pequeño nematodo (o gusano), que cuenta con solamente 302 neuronas.

A pesar de ser simple, según los creadores, este organismo tiene comportamientos muy interesantes y variados, pero lo que interesa al equipo es que es un sistema eficiente, transparente y adaptable.

La red neuronal líquida permite que los parámetros cambien con el tiempo y con la experiencia. Así es como la IA se adapta y aprende, pero a la vez es un sistema simple que requiere relativamente poca potencia informática. No obstante, los científicos reconocen que este es solo el comienzo del proceso y que este tipo de red puede ser un elemento clave de los futuros sistemas de IA.

¿Existen riesgos en el desarrollo de IA?

Los últimos avances en el desarrollo de robots autónomos generan preocupaciones. Es inevitable pensar en un futuro apocalipsis de robots intentando conquistar el mundo. Para los investigadores, si bien existen riesgos, reaccionar al desarrollo de IA con miedo anularía la investigación y el desarrollo.

Aunque es muy importante que los robots autónomos sean monitoreados y controlados de forma cuidadosa, las innovaciones tecnológicas en este sentido podrían llevar a la humanidad a avances sin precedentes. Por ejemplo, si la inteligencia artificial puede diseñar futuras versiones de sí misma, como un robot que pueda reproducirse y evolucionar, tendría la capacidad de ayudar a los seres humanos a descubrir innovaciones que el hombre no podría desarrollar por sí mismo.

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