Grandes frases de Giordano Bruno
El caso de Giordano Bruno es uno de los más tristes y sorprendentes de la historia de la astronomía. Este hombre fue un poeta y filósofo renacentista con un talento especial para ver el universo tal como era. Como tal, fue tachado de hereje por la Inquisición y vivió una vida de penurias hasta el día de su muerte.
Ingresó en la Orden de los Dominicos en 1565, con solo 16 años. Sin embargo, pese a estudiar la teología de Santo Tomás de Aquino, pronto fue la filosofía aristotélica lo que más le atrajo, ya que acabó por abandonar el adoctrinamiento, tanto, que en 1576 tuvo que huir debido a su pensamiento herético respecto al universo, a la Tierra redonda que giraba alrededor del Sol y la teoría heliocéntrica. Incluso superó a Copérnico al establecer al Sol como una simple estrella entre muchas y afirmar que el universo había millones de planetas habitados por seres inteligentes.
Tras huir, volvió a Italia en 1591, pero fue traicionado y entregado a la Inquisición. Al no retractarse de sus creencias, acabo sus días en la hoguera previa condena y encarcelamiento.
No obstante, Giordano Bruno dejó mucho de su saber escrito, por eso vamos a descubrir algunas de sus frases más interesantes a continuación.
Frases de Giordano Bruno
- No importa cuán oscura sea la noche, espero el alba, y aquéllos que viven en el día esperan la noche. Por tanto, regocíjate, y mantente íntegro, si puedes, y devuelve amor por amor
- El tiempo todo lo da y todo lo quita; todo cambia, pero nada perece
- En cada hombre, en cada individuo, se contempla un mundo, un universo
- Así pues, donde estaba la Osa, por razón de ser lugar la parte más eminente del cielo, se coloca la verdad, que es la cosa más alta y más digna
- Tembláis más vosotros al pronunciar la sentencia que yo al recibirla
- Donde se ve la Lira de nueve cuerdas sube la madre Musa con sus nueve hijas: Aritmética, Geometría, Música, Lógica, Poesía, Astrología, Física, Metafísica, Ética
- Conoce bien que en la sustancia incorpórea eterna nada se cambia, se forma o se deforma, sino que permanece siempre ella misma, sin que pueda ser sujeto de disolución
- No hay muerte, pero tampoco permanencia de las individualidades numéricas. Sólo permanece la sustancia única (la materia – alma universal) mutándose en nuevas individualidades
Ahora, como ya es habitual, llega el momento de la reflexión de cuanto hemos aprendido del gran Giordano Bruno, una mente singular y adelantada a su tiempo.
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