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Descubren con el telescopio James Webb una galaxia que no debería existir

Descubren con el telescopio James Webb una galaxia que no debería existir
El Hubble por fin caza la Galaxia Araña
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
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Los astrónomos han descubierto una galaxia enana aislada y sin formación estelar utilizando imágenes del telescopio espacial James Webb, aunque esta galaxia no era el objetivo principal de observación. Las galaxias son sistemas unidos por la gravedad y están compuestas por estrellas, planetas, enormes nubes de polvo y gas y materia oscura.

Las galaxias enanas, por definición, son pequeñas y de baja luminosidad, y son las más abundantes del universo. A diferencia de la Vía Láctea, que tiene casi 200 mil millones de estrellas, las galaxias enanas tienen menos de 100 millones de estrellas.

La nueva galaxia descubierta telescopio James Webb

El telescopio espacial James Webb (JWST) es un observatorio espacial desarrollado a través de la colaboración de 14 países y operado conjuntamente por la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA. Su objetivo principal es reemplazar los telescopios Hubble y Spitzer, ofreciendo una resolución y sensibilidad sin precedentes para una amplia gama de investigaciones en astronomía y cosmología.

Recientemente, astrónomos han realizado observaciones que desafían nuestra comprensión actual de la evolución galáctica al descubrir una galaxia enana inactiva y aislada llamada PEARLSDG. Este descubrimiento se produjo de manera fortuita mientras el equipo liderado por el científico Tim Carleton, de la Universidad de Arizona State, estaba observando inicialmente un cúmulo de galaxias como parte del proyecto PEARLS utilizando el Telescopio Espacial James Webb (JWST).

Lo sorprendente de PEARLSDG es que no muestra las características habituales de una galaxia enana. A diferencia de la mayoría de las galaxias enanas, no interactúa con galaxias cercanas ni está formando nuevas estrellas. Este hecho desafía las teorías existentes sobre la formación de galaxias, ya que las galaxias enanas generalmente se consideran entornos activos de formación estelar o interactúan con galaxias compañeras más masivas.

El estudio liderado por Carleton ha sido publicado en ‘Astrophysical Journal Letters’ y destaca el carácter único de PEARLSDG en el panorama galáctico. Su existencia plantea preguntas importantes sobre cómo se forman y evolucionan las galaxias enanas, y proporciona nuevas pistas sobre la diversidad de procesos galácticos que pueden ocurrir en el universo.

«Este tipo de galaxias enanas aisladas e inactivas no se habían visto antes, excepto en relativamente pocos casos. En realidad, no se espera que existan, dada nuestra comprensión actual de la evolución de las galaxias, por lo que el hecho de que veamos este objeto nos ayuda a mejorar nuestras teorías sobre la formación de galaxias. En general, las galaxias enanas que existen solas continúan formando nuevas estrellas», expresó Carleton en un comunicado.

Además, el análisis de las imágenes del JWST reveló la presencia de estrellas individuales en PEARLSDG, lo que proporciona detalles sin precedentes sobre su composición estelar. Estas estrellas, vistas en longitudes de onda infrarrojas, permitieron a los astrónomos calcular la distancia de la galaxia a aproximadamente 98 millones de años luz.

El estudio se basó en datos de múltiples fuentes, incluyendo el JWST, el telescopio Lowell Discovery en Arizona, y observaciones terrestres de telescopios como el Sloan Digital Sky Survey y el Dark Energy Camera Legacy Survey. En conjunto, estos hallazgos desafían nuestras concepciones previas sobre la evolución galáctica y abren nuevas vías para explorar la diversidad y complejidad del universo.

La complejidad de las galaxias enanas

Un estudio basado en los últimos datos del satélite Gaia de la ESA ha revelado que la mayoría de las galaxias enanas alrededor de la Vía Láctea podrían estar fuera de equilibrio y en proceso de ser destruidas después de su entrada en el halo galáctico. Esto desafía la visión anterior de que estas galaxias eran antiguos satélites estables que orbitaban la Vía Láctea durante miles de millones de años.

Los astrónomos han utilizado la relación entre la energía orbital y la época de entrada en el halo galáctico para fechar la historia de la Vía Láctea, descubriendo que la mayoría de las galaxias enanas llegaron mucho más recientemente de lo que se pensaba, hace menos de 3.000 millones de años. Esto implica que estas galaxias provienen de fuera del halo galáctico y han experimentado cambios significativos debido a la interacción con el gas caliente del halo.

El proceso violento de pérdida de gas y choques gravitacionales ha transformado por completo estas galaxias enanas, que ahora muestran velocidades estelares no equilibradas y movimientos aleatorios. Esto desafía la idea que existía anteriormente de que la materia oscura estabilizaba estas galaxias, ya que la falta de equilibrio impide estimaciones precisas de su masa dinámica y contenido de materia oscura.

Estos hallazgos sugieren que las propiedades observadas de las galaxias enanas son compatibles con la ausencia de materia oscura, lo que contradice la comprensión anterior de que estas galaxias eran dominadas por la materia oscura. Este estudio plantea preguntas muy relevantes sobre el modelo cosmológico estándar y destaca la necesidad de revisar nuestra comprensión de la evolución de las galaxias enanas a lo largo del tiempo.

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