La ciencia detrás de la procrastinación: ¿por qué postergamos?

La mayoría de las personas, en algún momento u otro, hemos postergado tareas o trabajos pendientes por hacer, dejándolo todo para último minuto. La procrastinación es un problema bastante común que puede interferir en la productividad y afectar incluso la salud y el bienestar. Aunque suele relacionarse con la falta de disciplina, este comportamiento es mucho más complejo de lo que se cree. ¿Qué dice la ciencia sobre la procrastinación? ¿Por qué postergamos las cosas?

¿Qué es la procrastinación?

La procrastinación es un patrón de conducta que consiste en posponer el inicio o finalización de tareas pendientes para hacer actividades más relajantes y placenteras. Esto, a pesar de que ese retraso puede interferir en el desempeño diario y traer consecuencias.

Con frecuencia, la procrastinación es considerada un comportamiento relacionado con la falta de organización, de disciplina o simplemente pereza, pero según la ciencia, no se trata de ninguna de estas cosas. En realidad, tiene que ver con la mala gestión de nuestros estados emocionales.

¿Por qué la mayoría de las personas posponen las cosas?

Las investigaciones relacionadas con la procrastinación han desvelado que las personas tienden a postergar, sobre todo, aquellas tareas que les resultan difíciles, complicadas o estresantes y que provocan ansiedad o aburrimiento. Ahora bien, la razón por la que se suelen evitar este tipo de tareas tiene que ver con la respuesta de la amígdala, esa pequeña estructura del cerebro encargada de procesar las emociones.

Cuando una persona se enfrenta a una tarea muy complicada que le genera ansiedad, la amígdala la percibe como una amenaza y activa una respuesta en ella, que la lleva a evitar esa tarea y a buscar actividades más placenteras. Según los expertos, este mecanismo es una reminiscencia de los antepasados que debían evitar el peligro inmediato para poder sobrevivir.

No obstante, el verdadero responsable detrás de la procrastinación en la actualidad es la corteza prefrontal, el área del cerebro encargado de la planificación y el control de impulsos. Si bien esta zona evalúa las tareas pendientes para priorizar las más importantes, cuando hay que enfrentarse a una tarea difícil que no ofrece una recompensa inmediata, la corteza prefrontal puede ceder a la respuesta de la amígdala. Es así como las personas terminan postergando las tareas y recurriendo a actividades de gratificación instantánea.

La procrastinación y las emociones

Desde luego, la procrastinación no es sólo un problema que se limita al funcionamiento del cerebro, ya que también es un reflejo de las emociones. Al procrastinar, las personas evaden las tareas pendientes porque les generan ansiedad, miedo a fracasar y en ocasiones desean hacer todo “perfecto”, lo que los hace dedicar más tiempo a los detalles.

Cuando una acción o proyecto genera estrés, la mayoría de las personas tienden a evitarla y buscar otras actividades más placenteras. Si bien puede parecer una reacción normal, lo cierto es que la procrastinación tiene una estrecha relación con el miedo al fracaso y la falta de confianza en sí mismo y en las propias habilidades.

En este caso, en lugar de retar la autoestima, la mayoría de las personas prefiere hacer actividades sin importancia, ya que así evitan equivocarse o cometer errores. Esto suele suceder, sobre todo, cuando se tienen estándares de calidad muy altos y poco realistas.

La Influencia del Entorno

El entorno también juega un papel importante en la procrastinación. Distracciones como las redes sociales, la televisión o incluso un espacio de trabajo desordenado pueden dificultar la concentración y la motivación. Crear un ambiente propicio para el trabajo, libre de distracciones, puede ser una estrategia efectiva para combatir la procrastinación.

Estrategias para Superar la Procrastinación

• Descomponer una tarea grande en partes más pequeñas y manejables puede hacer que la tarea sea menos abrumadora y más fácil de comenzar.
• Fijar fechas límite realistas puede ayudar a crear un sentido de urgencia y responsabilidad.
• Implementar un sistema de recompensas por completar tareas puede aumentar la motivación y ofrecer gratificación instantánea.
• Practicar la atención plena puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la concentración, facilitando el inicio de tareas.

Técnicas para vencer la procrastinación

Existen muchas técnicas y soluciones para combatir la procrastinación. Estas son las más efectivas según las diversas investigaciones:

Técnica Pomodoro

La técnica pomodoro fue desarrollada por Francesco Cirillo en la década de 1980 y consiste en dividir las tareas o el trabajo en intervalos de 25 minutos, seguidos de breves descansos. Esta técnica es muy beneficiosa porque ayuda a reducir la fatiga mental y mejora la concentración, según las investigaciones.

De acuerdo a un estudio llevado a cabo por la Universidad de Illinois, hacer breves pausas durante el trabajo puede mantener la motivación y la atención, lo que evita la procrastinación.

Regla de los dos minutos

Esta técnica sugiere que, si una tarea en específico puede completarse en menos de dos minutos, lo ideal es hacer de inmediato. La regla de los dos minutos fue ideada por el experto en productividad David Allen y es particularmente útil porque reduce la posibilidad de postergar tareas pequeñas que suelen acumularse y generan estrés.

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