La ciencia en los Estados Unidos choca con la Administración Trump

Es de sobra conocido por todos que la ciencia en los Estados Unidos es el faro en los últimos años en el mundo. Desde que el país comenzó a crecer en importancia internacional, su apuesta por estar a la vanguardia en todo fue muy clara. Sin embargo, en un aspecto tan importante como el científico, hoy día choca de frente con un problema muy serio, la Administración Trump.

El presidente Donald Trump ha dicho en diversas ocasiones y de forma púbica que no cree en el cambio climático, de la misma forma que ha demostrado que la ciencia la desea únicamente para crear una especie de ‘fuerza espacial’ y poco más, es decir, para crear una especie de ejército que también pueda atacar y defender su país desde el espacio, aunque la cosa para que no ha ido mucho más allá de momento, solo ha dado para una serie de Netflix que verá la luz en unos meses con Steven Carell de protagonista y productor.

Así pues, la Administración Trump ha puesto la política por delante de la ciencia. Esta decisión, que puede parecer en principio incluso relativamente razonable, en realidad está teniendo consecuencias funestas para el país, y está creando problemas contra los que se luchaba con eficiencia que irán agravándose con el medio y el largo plazo.

Por qué la ciencia en los Estados Unidos está siendo amenazada por la Administración Trump

Y es que, a tenor de las decisiones de la Administración Trump, hemos de decir que las funestas consecuencias para el país están yendo más allá de la falta de lucha contra el cambio climático y el calentamiento global.

Por ejemplo, los recortes del gobierno de Trump en la lucha por hacer comidas más saludables en los comedores escolares del país están provocando un repunte de la obesidad infantil por todo Estados Unidos, provocando un problema de salud pública que se agrava año a año.

Evidentemente, ante las evidencias científicas que muestran la implicación humana en el aumento del calentamiento global, el gobierno de Trump hace oídos sordos, y está reduciendo las medidas de lucha, lo que también influye en problemas de salud pública, pues el aire es menos respirable y la temperatura aumenta, provocando no pocos problemas en el organismo humano.

La cosa se está agravando incluso entre los jóvenes norteamericanos, ya que Trump ha decidido incluso reducir los programas subvencionados para luchar contra los embarazos adolescentes, optando por la abstinencia sexual. Obviamente, no está funcionando, y este es otro de los puntos donde, por más informes científicos que tenga el presidente, está provocando un problema que se estaba solucionando lentamente. Y esta es solo la punta del iceberg.