La hostelería catalana al límite por la caída del turismo y las restricciones
Varias empresas del sector de la hostelería se han visto obligadas a cerrar sus puertas por la bajada de la facturación y la falta de ayudas
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Aunque la situación es mejor que el año pasado, cuando las restricciones eran mucho más duras que en este 2021, las limitaciones que el Govern está imponiendo otra vez para frenar la expansión del coronavirus vuelven a poner al límite a miles de empresarios del sector de la hostelería catalana. Además de las medidas que deben cumplir, como la reducción de horarios o aforo, los restauradores tienen que lidiar con la caída del turismo. Una situación similar a la que atraviesa el sector del ocio nocturno catalán.
En Salou (Tarragona), uno de los municipios de la costa catalana más frecuentado por turistas nacionales e internacionales, las consecuencias de la quinta ola y la variante Delta se están haciendo muy notorias. Hay días en que los restaurantes en primera línea de mar, en el Paseo Marítimo, están prácticamente vacíos. Una imagen muy distinta a la de hace sólo dos temporadas, cuando era imposible almorzar o cenar sin reserva previa.
La facturación, según aseguran estos empresarios a OKDIARIO, ha caído cerca de un 60%. Lo atribuyen en gran medida a la limitación de horarios, ya que se reducen los turnos y también los consumos de bebidas alcohólicas. Los hosteleros recuerdan que, pese a esa bajada de ingresos, tienen que afrontar igualmente gastos corrientes como la luz, el gas, la electricidad o los alquileres, además de los sueldos y la seguridad social de sus trabajadores, que han tenido que rescatar del ERTE para poder abrir.
Los restauradores, la gran mayoría de ellos dueños de pequeñas y medianas empresas en las que en muchos casos trabaja toda la familia, se han visto obligados a hipotecar de nuevo sus viviendas tras acabar con toda la liquidez disponible para no tener que bajar la persiana y cerrar su negocio. Algo que han hecho ya miles de locales, sea de forma permanente o de forma temporal, renunciando a abrir la temporada de verano por el déficit que les provoca poner en marcha toda la maquinaria sin el volumen de negocio que les garantice beneficios. En los meses de junio a septiembre, en Salou, los restaurantes hacen casi el 75% de la caja de todo el año.
Las asociaciones empresariales del sector de la hostelería denuncian que no reciben las ayudas necesarias por parte de la administración. Lamentan que les han obligado «a cerrar y a abrir cuando han querido». «Nos han hecho hacer reformas importantes para adaptar nuestros locales, y a la hora de la verdad cuando les toca responder a ellos no lo hacen», se quejan.
Lo cierto es que la Generalitat les ha otorgado unas subvenciones que no llegan ni para sufragar la mitad de los gastos corrientes que han tenido que abonar durante los meses en los que han estado cerrados.
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