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¿Qué significa cuando el recién nacido mantiene los puños cerrados?

Cuando nace un niño, los padres se hacen muchas preguntas: aunque no sea el primer hijo , todo puede ser diferente y nuevo. Cómo come, cuánto llora, cuánto duerme, y no siempre es fácil interpretar el lenguaje de los bebés. Por ejemplo, ¿qué significan los puños cerrados de un recién nacido?.

Los puños cerrados en el recién nacido

Tener un bebé implica entonces saber interpretar de alguna manera esa especie de lenguaje secreto, que además cambia en función de cada recién nacido. Entender dicho lenguaje puede ser realmente útil para guiarnos o saber si todo está bien con nuestro pequeño o quizás exista algún problema.

Pensar que tiene hambre cada vez que llora, por ejemplo, no es correcto, y en algunos casos puede ser incluso un error (podríamos llegar a despertar al bebé para comer cuando no es necesario o ofrecerle el pecho mientras grita y llora cuando en realidad le pasa otra cosa). Dicho esto, el primer paso para entender por qué tu hijo de unos días o semanas tiene los puños cerrados es observarlo y entender cuándo lo está haciendo.

La primera tranquilidad que te damos es que los puños cerrados en el recién nacido son completamente normales: durante las primeras semanas, incluso dos meses, el bebé los mantiene cerrados como un hábito, un reflejo natural que poco a poco irá perdiendo. De hecho, solo después de un cierto período comienzan a abrir las manos y explorar el mundo, a mirarse los dedos, a doblarlos, a estirarlos. Alrededor de los 3-4 meses de vida, el bebé no solo abre las manos, sino que comienza a agarrar objetos o sostenerlos en la mano.

Puños cerrados recién nacido: qué significa

Sin embargo, en algunos casos, especialmente después de las primeras semanas, los puños cerrados pueden representar algo que el niño está tratando de comunicar. En concreto, entre las señales que pueden enviar los recién nacidos con los puños cerrados están el estrés y el cansancio, o el hambre (típica es la acción del pequeño que se lleva el puño a la boca). Como decíamos anteriormente, observa a tu hijo para comprender en qué momentos mantiene los puños cerrados, si es al final del día, cuando se acerca la hora de comer, posiblemente la respuesta sea que efectivamente, tiene hambre.

Cuándo preocuparse por los puños cerrados

Si, por el contrario, a pesar de que el niño está creciendo, los puños cerrados siempre están presentes, evalúa la situación en su conjunto. ¿El pequeño sonríe, juega, agarra objetos o al menos trata de tomar cosas comenzando con la palma abierta y luego la cierra? Está bien, probablemente es un reflejo normal de hipertonía y tensión motora. Si por el contrario te das cuenta de que además de los puños cerrados, tu hijo no sonríe, al contrario, mantiene la boca contraída y tal vez no sea capaz ni de agarrarte el dedo a los 4-5 meses, sería mejor hablarlo con el pediatra. Aunque, normalmente, el médico también valora los reflejos y el tono muscular en las revisiones, por lo que cualquier problema ya debería haberle hecho sospechar.

Los bebés nacen con los puños cerrados y generalmente los sostienen así durante un par de meses, antes de comenzar a abrir las manos para aprender a agarrar objetos. Incluso después de eso, pueden seguir apretando los puños para expresar estrés o hambre , pero esto no es un problema. Si por el contrario ves que los puños cerrados van acompañados de otras conductas anómalas, lo mejor es que hables con tu pediatra.