A qué edad comienza a hablar un bebé

Las primeras palabras del bebé son las más esperadas. Si llegan tarde, los padres a menudo se preocupan innecesariamente, de modo que os ofrecemos toda la información sobre a qué edad comienza a hablar un bebé, cuándo preocuparse si no habla y qué hacer para incentivar el habla.

A qué edad comienza a hablar un bebé

¿Cuántos padres y madres hay frente a su hijo o hija, esperando que pronuncie la primera palabra y esperando que sea precisamente la que se refiera a su figura, como si fuera la primera señal esperada de amor? Pero hay que ponerse en la piel de un niño: escuchar esos sonidos que salen de su boca, algo completamente nuevo, puede abrumarles o todo lo contrario, de modo que debemos estar atentos y en cuanto pronuncie su primer «pa-pa» o su primer «ma-ma», dejar que sea el bebé el que de forma natural las repita o no.

No debemos forzar nada, pero sí tener en cuenta que es a partir del año cuando el bebé comienza a pronunciar esos sonidos y poco a poco irá sumando más palabras siempre relacionadas, con el entorno que el bebé conoce. Es posible que por ejemplo quiera decir cuchara, o vaso, o agua…Estemos atentos a partir del año y veremos como desde la primera palabra se vienen más.

Cada niño es diferente al otro

Sin embargo hay quienes comienzan un poco más tarde del primer año de vida. Solo debemos alarmarnos si el niño, alrededor de los dieciocho meses, no solo no produce ninguna palabra sino que no se comunica ni siquiera a través de la indicación con el uso de gestos, ni siquiera produce el signo de «adiós». A los dieciocho meses, el vocabulario debería aumentar a unas 50 palabras. Si dentro de los dos años el niño produce muy pocas palabras o no muestra ningún signo de intencionalidad comunicativa, es necesario visitar a un logopeda que pueda redirigir a un neuropsiquiatra.

Cómo incentivar el habla del bebé

En el caso de que tu bebé ya haya comenzado a emitir sus primeros sonidos y además haya cumplido el año, puedes aplicar algunas pautas sencillas que incentiven el habla (aunque siempre sin forzar nada).

• Desde los primeros días de vida, nunca dejes de hablar con el bebé al interactuar directamente con él (mientras lo cambias, durante el baño, después al darle las primeras comidas, mientras juegas …). Es fundamental que le expliques todo lo que ocurre en detalle, utilizando expresiones sencillas, palabras claras y nunca distorsionadas.
• La lectura temprana, desde los primeros días de vida, es fundamental para el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje de las palabras. Puedes empezar con libros sencillos, de tapa dura o de tela, con grandes figuras de colores, situaciones cotidianas y unas palabras para repetir varias veces. Es fundamental no obligar al niño a escuchar, sino ofrecerle el libro como se propone un juguete.
• Siempre que sea posible, acompaña las palabras con expresiones faciales y gestos, modulando la voz para que el significado de las palabras también sea comprensible a través del tono utilizado.
• Con los niños más pequeños, se recomienda encarecidamente el uso de sonidos onomatopéyicos. Los sonidos de los animales, el ruido del mundo exterior … son fácilmente memorizados por el niño que tiende a repetirlos practicando en la emisión de sonidos.
• Nombra cada objeto que hay alrededor del niño: agua, pan, manzana, muñeco … Pronunciando bien la palabra y repitiéndola varias veces para que el niño la memorice y asocie con un objeto en particular.
• A medida que el niño crece y se enriquece su vocabulario, anímalo a contar hechos, vivencias, situaciones, preguntándole detalles, los nombres de los presentes, etc…