El bebé se chupa el dedo: ¿porqué lo hace?, ¿cuáles son los riesgos?

Algunos bebés suelen recurrir al chupete para poder dormir o sencillamente, estar tranquilos, mientras otros eligen chuparse el dedo, algo que puede preocupar a muchos padres, no solo porque se dice que con ello es posible que tuerzan sus dientes, sino porque además puede que al succionar, chupen también algunas bacterias. Veamos si realmente es peligroso que un bebé se chupe el dedo o qué riesgos conlleva.

El bebé se chupa el dedo: ¿cuáles son los riesgos?

Para el bebé, chuparse el dedo, especialmente el pulgar, es un gesto de gran alivio y relajación. Sin embargo, la ciencia cree que es importante que se pierda esta costumbre antes de llegar a los tres años dado que podría comprometer seriamente el desarrollo de la mandíbula.

Parece entonces que sí existe un riesgo para la salud, en este caso buco-dental, del bebé, por mucho que al ver como nuestro hijo se chupa el dedo mientras duerme o está en el carrito, nos parezca algo tierno y adorable.

En el caso de que el bebé deje de chuparse el dedo antes de llegar a la edad de los tres años, tal y como suele suceder con el chupete, no hay problema alguno, pero en el caso de que sobrepase esa edad, se vuelve mucho más arriesgado y complejo eliminar la costumbre y supone el riesgo señalado.

¿Por qué mi bebé se chupa el dedo?

La succión del pulgar se usa para la comodidad durante una siesta y antes de acostarse o en momentos de estrés. El dedo tiene el mismo valor que el chupete. Es decir, el bebé suele estar más tranquilo cuando realiza la acción de succionar, debido a la lactancia materna, y también al acto reflejo de succión, algo que está en los bebés durante los primeros meses de vida.

Habrás notado que el recién nacido succiona prácticamente todo lo que le acerquemos a la boca durante sus primeros meses. No solo el pecho de la madre, de hecho si le acercas el dedo lo succionará o si le apoyas mientras lo sostienes puede que succione y babee tu hombro. Entonces, lo mismo le ocurre con el chupete o con su propio pulgar. Al succionar siente relajación, así como seguridad y protección, de modo que es normal que algunos bebés se acostumbren al chupete y otros a su propio dedo.

Pero la succión del pulgar puede convertirse en un problema cuando el bebé es mayor: la mayoría de los dentistas recomiendan terminar dentro de los tres años (a más tardar) porque puede afectar el desarrollo de la mandíbula , alterar la posición correcta de los dientes y morder . ¿Una señal de advertencia? Si tu hijo siempre se chupa el pulgar en público o no habla de ello.

Cómo parar la costumbre de chuparse el dedo

En el caso de que tu hijo o tu hija haya cumplido los tres años y siga chupándose el dedo, es aconsejable detener esta costumbre y para ello, lo mejor es recurrir al refuerzo positivo. Esto significa explicar por qué ya no quieres que se chupe el pulgar y lo alientes con elogios o recompensas. Los calendarios son una actividad muy recomendable: podemos colgar uno en la cocina y por cada día que el niño no se chupe el dedo, puede obtener una estrella o una pegatina. Y si obtiene tres estrellas seguidas, obtiene un premio.

¿Qué otros trucos podrían funcionar? Podemos colocar un calcetín suave en la mano del bebé para evitar chuparse el pulgar durante la noche y crear una distracción como darle una pelota antiestrés . Algunos padres también recurren al uso de vendas y esmaltes de uñas que tienen mal sabor. Obviamente, es importante nunca castigar al niño.