Cómo ayudar o estimular a un niño para hablar
Leer libros en voz alta, hablarle mucho o recurrir a las recompensas, son pautas que nos pueden servir para ayudar al niño a hablar.
Como padres estamos acostumbrados a tener todo bajo control, pero cuando se trata de conseguir que el bebé comience a hablar, nos damos cuenta que muchas veces la paternidad y la maternidad debe adaptarse a los procesos naturales del niño o niña. Sin embargo siempre podemos incentivar a nuestro hijo o hija para que se desarrolle como esperamos (aunque siempre respetando su propio ritmo) y en el caso de ayudar o estimular a un niño a hablar, nada como seguir las pautas que vamos a indicaros a continuación.
Cómo ayudar o estimular a un niño para hablar
Los bebés comienza a hablar normalmente a partir de los 12 meses (y en un margen de tiempo entre los 12 y los 18 meses), pero en realidad puede que solo pronuncien el famoso «papá» y ya no digan nada más, o puede que apenas hagan algunos ruidos que parecen vocales o palabras. Es importante que siempre motivemos al bebé a que se exprese con palabras en cuanto veamos que intenta usarlas, pero no debemos forzarle nunca si no desea hablar o de hecho no le sale de forma natural.
Esto no quiere decir que sí que podamos recurrir a pequeñas estrategias que nos servirán para estimular a que el niño hable o que comience a usar cada vez más palabras, de modo que estas pautas a continuación seguro que te van a ser de gran ayuda.
Espera hasta 24 meses para evaluar la situación
Como hemos dicho a partir de los 12 y hasta los 18 meses es cuando los bebés comienzan a decir palabras como «papá» o «mamá» y luego van aprendiendo nuevas palabras que al llegar a los 21 meses le servirán para construir un pequeño vocabulario que va a usar a cada momento. Los expertos se refieren a este período de la edad del niño como la «explosión de vocabulario».
Basta pensar que a los 24 meses los bebés producen en promedio 300 palabras diferentes y son capaces de expresarse con oraciones compuestas por dos palabras. En situaciones de normalidad psicomotora, un bebé de 24 meses debe saber de 80 a 500 palabras. Si las palabras son menos de 80 puede que comencemos a desesperarnos, de modo que antes de aplicar ninguna estrategia para que el bebé hable más y más y uses además nuevas palabras, lo mejor es que contactemos con un logopeda para que evalúe al niño y pueda descubrir si quizás tiene algún tipo de problema no solo a la hora de hablar, sino que puede que sea también auditivo.
Estimula al bebe
Los especialistas enseñan que ayudar al niño a hablar no es difícil, aunque requiere de mucha paciencia. Primero, aprendamos a hablar con ellos. Tratemos así de expresarnos más lentamente, casi deletreando las palabras y con un lenguaje sencillo.
El uso de imágenes puede resultar una herramienta esencial para estimular al niño, promover el lenguaje, el reconocimiento de objetos y la asociación de conceptos mentales con figuras materiales. Un excelente juego para el desarrollo intelectual y lingüístico del niño consiste en dibujar una imagen en una hoja de papel y asociar inicialmente un nombre con ese dibujo, para luego pasar a construir pequeñas frases sobre las características de ese dibujo.
Recurramos a la lectura
Otra herramienta importante es la lectura. Leer unos cuentos sencillos, acompañados de unos dibujos, no solo puede intrigar al niño, sino también darle la oportunidad de decir algunas palabras nuevas ya que, cuando leemos, sin saberlo, somos más lentos y deletreamos las palabras.
Anima al niño a pedir lo que quiere hablando
Otra idea, pero no menos importante, es animar al bebé a obtener lo que desea hablando. Si, por ejemplo, quiere agua, no se la des si la pide lloriqueando o señalando: así le enseñamos a conseguir las cosas con el mínimo esfuerzo. En cualquier caso, los niños deben recibir la mayor estimulación posible, pero sin bombardearlos, de lo contrario su curiosidad podría desvanecerse en el aire.
Recompensa al bebé y háblale mucho
Por último, otro consejo que puede ayudar al niño con el habla es utilizar el «método de recompensa»: cuando el niño exprese su primera palabra, recompénselo de alguna manera. Por otro lado, si le hablas constantemente, se acostumbrará a escuchar mucho, y cuanto más escuche el niño, más asimilará y, en consecuencia, más aprenderá y querrá responder a lo que le decimos.
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