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El veto de Vox deja al PP en manos del PSOE para restringir la entrada de coches al centro de Palma

El Ayuntamiento incumplirá la Ley del Cambio Climático si los socialistas votan en contra en el pleno del jueves

Si no se aprueba la Zona de Bajas Emisores, Palma perderá más de 43 millones de fondos europeos

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El alcalde del PP de Palma, Jaime Martínez, está en manos del grupo municipal del PSOE para que limitar la entrada de coches al centro de Palma tras el veto de Vox a la aprobación de la ordenanza para la creación de la  Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que será debatida y votada este jueves en el pleno. La primera medida que contempla esta normativa municipal será la prohibición de la circulación en el casco histórico de la capital balear a partir del 1 de enero de 2025 de los coches de 25 años de antigüedad.

Sólo la abstención de los ocho regidores socialistas permitirá al gobierno en minoría del PP con 11 de los 29 concejales del salón de plenos, sacar adelante esta normativa ya que los seis concejales de Vox, socios programáticos de los populares, votarán esta vez en contra, así como los tres de Més y la única edil de Podemos, que también la rechazarán.

Sólo así podrá el gobierno municipal cumplir con la exigencia de la Ley del Cambio Climático y Transición Energética que obliga a tener en vigor una zona de bajas emisiones en enero de 2025. En caso de que no fuese así, Palma podría perder 43 millones de euros de fondos europeos asociados a éste y otros proyectos medio ambientales.

La baza del concejal de Movilidad, Toni Deudero, para que los socialistas no apoyen el voto negativo del resto de partidos de la oposición es que, básicamente, la ordenanza es la misma que ellos redactaron pero no tramitaron, si bien, ha introducido pequeñas modificaciones pero de escaso calado.

La implantación de las ZBE restringirá el tráfico rodado en el centro de la capital balear a los vehículos de gasolina de más de 25 años (matriculados antes de 2002) y los diésel con una antigüedad superior a los 24 años (matriculados antes de 2006).

Incumplir esta normativa y circular con un vehículo no autorizado en una ZBE está considerado una infracción grave en la Ley de Tráfico vigente desde 2022 e implica una multa de 200 euros.

A partir del 1 de enero de 2027, no podrán hacerlo los de etiqueta B, es decir, los de gasolina matriculados antes de 2006 y los de diésel anteriores a 2015. Finalmente a partir del 1 de enero de 2030 los vehículos con distintivo C, los de gasolina que se hayan matriculado a partir de 2006 y los diésel desde 2014.

Los vehículos híbridos y eléctricos no tendrán ninguna limitación para acceder al centro de Palma.

El espacio urbano que comprenderá la ZBE de Palma está delimitado por el eje de las Avenidas, coincidentes con las antiguas murallas de la ciudad y por el frente marítimo.

Los límites exteriores de la ZBE donde se instarán cámaras de lectura de matrícula para sancionar a los infractores van desde la avenida Gabriel Roca, tramo de desembocadura de la Riera, Paseo Mallorca, avenida Portugal, avenida de Alemania, avenida Comte de Sallent, avenida del Gran y General Consell, Plaza de España, avenida Alexandre Rosselló, avenida Gabriel Alomar y avenida Adolfo Suárez.

El rechazo de Vox a su implantación obedece a que la ZBE estaría delimitada de manera caprichosa en el centro de la ciudad para beneficiar a las grandes superficies en detrimento de los pequeños comercios dado que las mediciones realizadas se llevaron a cabo únicamente en el centro de Palma, sin considerar el anillo periférico, el espacio más contaminante y carente de aparcamientos.

Esta falta de consideración del aumento del tráfico en las áreas periféricas para Vox iría en contra del objetivo principal de la ZBE de reducir emisiones y ahorrar combustible.

Desde las filas independentistas de Més se defiende, por contra, la necesidad de ampliar la ZBR desde el mar hasta la Vía de Cintura, además de prohibir el acceso de vehículos de alquiler de no residente. Para esta formación el proyecto de ZBE no supone ningún avance en la reducción de emisiones, ni representa ninguna mejora hacia la movilidad sostenible de la ciudad, dado que el centro histórico es una de las zonas con menos emisiones, gracias a la ampliación de las áreas de circulación restringida (Acire) realizada en los últimos años.