Usuarios de las bibliotecas públicas de Palma se quejan del frío por la limitación de la calefacción a 19 grados
Consideran desfavorables las condiciones de climatización de estos espacios: "Es como si estuviésemos en la calle"
También critican que "las medidas de ahorro energético vayan en contra de los estudiantes"
"Estoy menos tiempo de lo habitual porque me resulta incómodo tener que estudiar con el abrigo puesto"
Los comerciantes de Palma no aguantan los 27 grados impuestos por el Gobierno en plena ola de calor
Usuarios de las bibliotecas públicas de Palma se quejan del frío que pasan mientras estudian debido principalmente a la limitación de la temperatura de la calefacción a 19 grados. Una regulación enmarcada dentro del Real Decreto-Ley de Ahorro Energético que este verano aprobó el Gobierno de Pedro Sánchez y que hoy padecen muchos estudiantes de la capital balear.
Así lo ha podido saber OKDIARIO tras preguntar a los jóvenes que se acercaban a las bibliotecas de Ramon Llull y Can Sales para dedicar unas horas a sus respectivos estudios. Todos ellos coincidían en algo y es que «dentro hace frío».
Nada más llegar a la Plaza del Tubo donde se ubica la biblioteca Ramon Llull, hablamos con Lucía y Ainhoa. Ellas son dos estudiantes de Diseño de Interiores que, en mitad de su preparación para los exámenes finales, han decidido hacer una pausa para coger fuerzas. «Tenemos que llevar puestas las chaquetas todo el rato. Es como si estuviésemos en la calle», lamentan.
Más contundente en sus declaraciones es Marc Delgado, usuario asiduo de la biblioteca Can Sales desde que empezó la carrera de Administración y Dirección de Empresas (ADE). El universitario asegura que, en las horas de más frío, las condiciones de climatización de estos espacios «no son óptimas» y critica que «las medidas de ahorro energético vayan en contra de los estudiantes».
En la misma línea están las palabras de Pedro Serra, estudiante de Periodismo del Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez (CESAG). Afirma que con el plan de contingencia energética «se hace muy difícil estudiar en las bibliotecas ahora que está llegando el frío».
«Lo que yo creo que necesita el estudiante es una sala donde las condiciones climáticas le sean favorables para estudiar. Y últimamente, cada vez que voy estoy menos tiempo de lo habitual porque me resulta incómodo tener que estudiar con el abrigo puesto», añade Pedro.
Estas bajas temperaturas, en un lugar en el que los estudiantes pasan horas sentados en salas de gran tamaño, hace que el frío penetre en los huesos rápidamente. «Con este frío es casi imposible rendir a la hora de estudiar, no te concentras», comenta Lluís Gimeno, estudiante de Comunicación Audiovisual.
Finalmente, la universitaria y futura veterinaria Olivia Fritz también se queja de las desfavorables condiciones de temperatura que hay en el interior de las bibliotecas. «No soy capaz de concentrarme en casa, por lo que vivo prácticamente en las bibliotecas. Y he de decir que veces he tenido que estudiar con capas de ropa encima», lamenta Olivia.
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