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El alcalde socialista de Palma se queda sin tiempo para aprobar el polémico nuevo plan urbanístico

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El alcalde socialista de Palma, José Hila, se queda sin tiempo para aprobar el polémico nuevo plan urbanístico . Un año después de la aprobación inicial del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) todo hace indicar que el gobierno de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos no ha hecho los deberes a tiempo, se ha visto desbordado por el alud de alegaciones y reclamaciones presentadas contra el mismo y tendrá que dejar la rúbrica definitiva o su suspensión, si no sucede un milagro, al nuevo Ejecutivo que salga de las urnas en las elecciones de mayo.

Por primera vez, la concejala de Modelo de Ciudad, la independentista Neus Truyol, ha admitido en el Consejo de Gerencia de Urbanismo esta posibilidad por el hecho de que su tramitación contra reloj antes de las elecciones municipales de dentro de medio año ya no depende de los plazos marcados por el gobierno municipal.

El gran número de modificaciones que se han tenido que introducir en el documento aprobado inicialmente en octubre de 2021 hace necesaria una nueva exposición pública y, además, tendrá que pasar de nuevo para su revisión, y visto bueno, por la Comisión balear de Medio Ambiente del Govern.

Un organismo éste que no destaca, precisamente, por su agilidad a la hora de realizar cualquier trámite y al que, a fecha de hoy, el Ayuntamiento de Palma aún no ha remitido tan siquiera la documentación requerida.

Si tenemos en cuenta que el año encara la recta final, y descontadas las próximas fiestas navideñas, hasta el arranque de la primavera próxima el nuevo planeamiento urbanístico no habrá obtenido el aval imprescindible de la citada comisión autonómica. La inminencia del calendario electoral impediría su aprobación definitiva por el pleno municipal, a menos, que el alcalde fuerce la maquinaria a cualquier precio.

Como apunta el representante del PP en el Consejo de Gerencia de Urbanismo, Julio Martínez, «visto que lo tienen muy difícil para que se pueda aprobar definitivamente antes de las elecciones, los comicios no tienen que suponer una presión añadida para que el equipo de gobierno apruebe deprisa y corriendo un documento que es muy importante».

«No se tienen que precipitar», reitera, «y desde un punto de vista de la viabilidad del nuevo PGOU, estaría muy bien que dos gobiernos lo revisen ante de su aprobación final, porque no nos podemos permitir que esto acabe mal, y en los tribunales», abundó el concejal popular.

Para Martínez a la concejala independentista de Modelo de Ciudad, Neus Truyol (Més), «el tiempo se le ha echado encima, porque ya precipitó su aprobación inicial sin dar participación suficiente y jugando al Monopoly a oscuras, y nosotros lo que pedimos es luz y taquígrafos, que esté todo en orden ni se dejen márgenes de interpretación para los puntos más polémicos. Este PGOU debe ser aprobado por el gobierno que salga de las urnas».

Hay que tener presente que desde las filas de esta misma formación, su presidente y cabeza de lista a esas municipales de mayo, Jaime Martínez, tras su aprobación inicial exigió la suspensión de su tramitación para permitir que los que gobiernen en 2023 «se encarguen de ello» y decidan si lo suspenden o empiezan otro nuevo planeamiento.

El aprobado inicial sólo cuenta con el visto bueno del gobierno municipal, mientras las tres formaciones de la oposición, PP, Ciudadanos y Vox, votaron en contra en una demostración palpable de la falta de consenso existente.

Entre otras cuestiones, y además de reducir en un 35% el suelo urbanizable en la ciudad con la vivienda más cara de España, el PGOU plantea un exiguo crecimiento demográfico para los próximos 20 años de apenas 67.000 habitantes, cuando entre 1998 y 2019 Palma ha aumentado su población en 122.000 personas.