Andalucía

Sánchez e Iglesias dejan a Andalucía sin más de 100 liberados sindicales para servicios sociales: no les obligan a trabajar

El Gobierno dictó un decreto por el que obligaba a reincorporarse al trabajo a los liberados sindicales del sector de los Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia. Sin embargo, el pasado sábado el Ejecutivo de Sánchez reculó, lo que dejó a comunidades como Andalucía sin más de cien trabajadores que habrían sido imprescindibles en residencias de mayores y centros de menores.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han debido decidir no molestar a los liberados sindicales en esta dura crisis sanitaria. Y es que, pese a que en un primer momento (26 de marzo) se obligaba a los liberados sindicales de Servicios Sociales a reincorporarse a sus puestos de trabajo, el pasado sábado, a hurtadillas, el Gobierno modificaba el apartado 3 de la orden, diciendo que «el personal con dispensa absoluta de asistencia al puesto de trabajo por ejercicio de funciones sindicales podrá solicitar voluntariamente reincorporarse para desempeñar sus funciones en atención a la situación generada por el Covid-19», es decir, que dependerá de los liberados y, a vista de los hechos, se quedarán en casa. Ergo 100 trabajadores menos por proteger a los sindicalistas.

En la primera orden dictada por el Ministerio de Sanidad, publicada el sábado, 26 de marzo, en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el Gobierno dictaba que «el personal con dispensa absoluta de asistencia al puesto de trabajo por ejercicio de funciones sindicales deberá reincorporarse de forma temporal para desempeñar sus funciones en atención a la situación generada por el covid-19». Sin embargo, reculó este sábado, dejando en la estocada a decenas de residencias y centros que ansiaban la llegada de nuevos trabajadores.

Llama especialmente la atención esta decisión, toda vez que las residencias de mayores son uno de los puntos más calientes de la crisis del coronavirus, con lo que dejar a una comunidad como Andalucía sin más de cien trabajadores para esos centros, es echar sal a una herida ya de por sí infectada.