Almería Tribunales

Prisión para un inmigrante ilegal por robar una tragaperras donde perdió 1.000 € y golpear a una mujer

El joven perdió todo su dinero jugando en un bar de El Ejido y robó el cajetín de la máquina tras lesionar a la camarera

La pena de cárcel, tres años y medio, podría verse sustituida por su expulsión del país

Prisión para un inmigrante ilegal por robar una tragaperras donde perdió 1.000 € y golpear a una mujer
Máquina tragaperras.
David García de Lomana

Una juez de Almería ha condenado a tres años y medio de prisión a un joven por destrozar y robar el cajetín de una máquina tragaperras de un bar de El Ejido (Almería) y agredir a la camarera del local. El varón, en situación irregular en España, perdió 1.000 euros jugando a lo largo de una mañana, según confesó a la Policía, e intentó recuperar el dinero a la fuerza. El acusado podría ver permutada la pena de cárcel por su expulsión del territorio nacional, decisión que la juez tomará una vez la sentencia sea firme.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 15:00 horas del 16 de enero de 2020, cuando el acusado, que por entonces tenía 19 años, entró en un bar ubicado en la carretera de La Mojonera, en la barriada ejidense de Las Norias de Daza. Una vez allí, y guiado por un «ánimo de enriquecimiento injusto», se lió «a patadas» con la máquina tragaperras para llevarse el dinero de su interior. La camarera del local trató de impedirlo, pero el acusado se abalanzó sobre ella y la estampó contra la pared. Tras zafarse de la mujer, abandonó el establecimiento con el cajetín del dinero de la máquina en su poder.

La trabajadora sufrió lesiones que precisaron de asistencia facultativa, con tratamiento analgésico, antiinflamatorio y terapéutico, y precisó de 15 días para su completa curación.

Si bien el acusado se negó a declarar durante todo el procedimiento, la juez tuvo en cuenta la declaración de los testigos y de la perjudicada. La camarera relató que el hombre llegó por la mañana al bar, jugó en la máquina y se fue «cabreado» por perder. Regresó al mediodía y tras echar de nuevo «bastante dinero», volvió a perder. Cuando parecía que se iba a ir, «se dio la vuelta y empezó a golpear» la máquina hasta que «la enganchó de la parte de arriba y la tiró al suelo», según relató la mujer, versión que fue corroborada por un cliente que además grabó los hechos, material audiovisual que pudo aportar en el juicio.

Cuando la camarera intentó separar al joven del aparato, éste la estampó contra la pared, y cuando trató de evitar que huyera con la recaudación, la volvió a empujar. La mujer acudió a un establecimiento próximo a pedir ayuda y llamó a los servicios de emergencias. Tanto ella como el testigo coinciden en que el varón no mostraba indicios de actuar bajo los efectos de estupefacientes.

En el juicio también declaró el policía local que detuvo al sospechoso en un invernadero cercano. Según el agente, el joven no ofreció resistencia y se reconoció como autor del robo tras haber perdido 1.000 euros jugando a la tragaperras. En el cacheo, y antes de ser introducido en el vehículo policial, el acusado «se metió las manos dentro del pantalón y sacó el dinero de la máquina que había escondido en su ropa interior», según detalló el policía en la sala.

La sentencia, sobre la que cabe recurso de apelación, condena al acusado a tres años y medio de prisión por un delito de robo con violencia en establecimiento abierto al público. También deberá abonar una multa de 750 euros al propietario de la máquina por los desperfectos causados en la misma y otros 210 euros a la camarera por las lesiones sufridas, además de cumplir una orden de alejamiento de 500 metros durante seis meses respecto de la mujer. La juez pospone a la fase de ejecución de sentencia, una vez sea firme, la decisión sobre la sustitución de la pena de cárcel del acusado por su expulsión del país.

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