Más de cien inmigrantes ilegales quedan en libertad tras el cierre de la Plaza de Toros de Melilla 

Inmigrantes ilegales
Centros de acogida como este de Tenerife fueron visitados por el Defensor del Pueblo para realizar su informe sobre Canarias.
Borja Jiménez

Más de un centenar de inmigrantes ilegales que se encontraban acogidos en el centro de acogida temporal de la Plaza de Toros de Melilla han quedado ya en libertad por las calles de la ciudad autónoma después de que en la noche de este martes fueran desalojados del coso taurino tras decretarse su cierre por el fin del estado de alarma. Además, otros cincuenta hombres y diez mujeres, todos indocumentados, han conseguido reunir los requisitos para ser aceptados en el CETI de Melilla.

A pregunta de los periodistas, la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, ha detallado que únicamente han podido dar cobijo en el centro de estancia temporal de inmigrantes a aquellos peticionarios de asilo y protección internacional en el caso de los hombres y acogidas en el caso de las mujeres, «mientras que el resto no reunía el perfil para ingresar en el CETI».

Moh ha indicado que se trata en su inmensa mayoría de personas a las que se les dio la oportunidad de regresar a Marruecos en los tres pasillos humanitarios que se han abierto desde que cerró la frontera el 13 de marzo de 2020 y optaron por quedarse en Melilla irregularmente.

Las 165 personas que había en su interior de la Plaza de Toros, la práctica totalidad originarios de Marruecos, Túnez y Argelia, fueron abandonando a lo largo de la jornada del lunes la instalación, entre ellas 15 mujeres, que en su mayoría han logrado refugio.

Sin embargo, unos cien –todos los varones– han quedado en «situación de calle. Lo hicieron después de que les sirvieran la cena y les entregaran su bolsa de comida para la última comida antes del inicio del ayuno. Estos optaron por quedarse a las puertas del recinto taurino hasta que se les conminó a acudir al CETI, donde unos 50 hombres fueron acogidos, así como unas diez mujeres.

El desalojo del interior del coso taurino fue finalmente voluntario y no hizo falta la intervención policial una vez que a las 0,00 horas se extinguían los contratos de las empresas que gestionaban el servicio de vigilancia y el de mantenimiento de este centro de acogida.

Desde las filas de la oposición se han producido críticas a la decisión de dejar en la calle a un centenar de personas. La diputada del PP, Paz Velázquez, ha calificado como «falsa e hipócrita la solidaridad de la izquierda» después de señalar que «el desastre de la Plaza de Toros, como un CETI improvisado, ha sido y sigue siendo un desastre sin parangón».

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