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Madrid

Ni el Bosque de Muniellos ni la Sierra de Gredos: el sendero de Madrid con puentes y molinos medievales

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A medida que se acerca el verano, las oportunidades de disfrutar al aire libre se vuelven aún más atractivas, y una excelente opción para el fin de semana es embarcarse en una ruta de senderismo. Este plan no sólo ofrece la posibilidad de desconectar y sumergirse en la naturaleza, sino que también brinda un respiro del calor sofocante de la ciudad.

A sólo 50 kilómetros de Madrid se encuentra una ruta de senderismo que cautiva con su belleza, llevando a los excursionistas a través de antiguos puentes y molinos medievales. Un viaje que promete una experiencia inolvidable en medio de un entorno idílico.

Ruta del Puente del Pasadero y las Tejoneras

La Ruta del Puente del Pasadero y las Tejoneras es una fascinante caminata situada en la región de Castilla-La Mancha, España, que integra elementos naturales y culturales.

En particular, esta ruta se encuentra en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, un área destacada por su impresionante paisaje y rica biodiversidad. El recorrido ofrece a los caminantes la oportunidad de explorar la flora y fauna autóctonas, así como de descubrir elementos históricos y culturales, como puentes antiguos y construcciones tradicionales.

El punto de partida de esta ruta se encuentra en la pintoresca villa de Navalagamella, situada en la comarca de la Sierra Oeste, a 50 kilómetros de la Comunidad de Madrid. Con una riqueza natural y patrimonial notable, Navalagamella sirve como el inicio perfecto para la Ruta del Puente del Pasadero y las Tejoneras. Este recorrido lineal, de dificultad moderada, tiene una longitud de nueve kilómetros.

La caminata comienza cerca de la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Estrella, donde un cartel informa sobre el itinerario. Desde este punto, se desciende por una calle que conduce al arroyo de las Veguillas.

Posteriormente, se llega a la vía pecuaria Colada de Navalaperdiz, cruzando el arroyo a través de una pasarela. El trayecto continúa por un sendero ancho que lleva a un mirador desde el cual se pueden observar tanto el río Perales como los antiguos molinos hidráulicos.

Estas estructuras, cuya existencia en Navalagamella data desde 1340, ofrecen un vistazo a la historia local. Más adelante, el camino nos lleva al molino del Real Monasterio de El Escorial y al Puente del Pasadero, una construcción medieval que permite cruzar el río Perales.

Después de atravesar el puente, se llega a otro mirador con vistas al Paraje de las Tejoneras. Tras disfrutar del paisaje, se vuelve a cruzar el puente y se sigue el margen del río hasta llegar al Molino Serrano. Desde aquí, el sendero continúa por el lado derecho del río.

Para completar la ruta, sólo hay que volver por el mismo camino hasta el pueblo de Navalagamella, culminando así una caminata que combina naturaleza, historia y cultura en un entorno único.

Navalagamella

Las primeras menciones históricas sobre Navalagamella datan del siglo XIV, específicamente en el Libro de la Montería, escrito durante el reinado de Alfonso XI de Castilla. Es probable que el municipio haya sido fundado en los siglos XI o XII, durante la repoblación de la Sierra de Guadarrama ordenada por Alfonso VI de León, con el objetivo de consolidar su dominio sobre el territorio recién conquistado.

En el siglo XV, Navalagamella experimentó varios cambios en sus límites territoriales, lo que llevó al establecimiento de otros núcleos de población cercanos, como Quijorna. Durante esta época, las actividades agropecuarias eran predominantes entre los habitantes de la villa.

La construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por Felipe II en el siglo XVI trajo cierta prosperidad al municipio. Esta prosperidad se reflejó en el auge de actividades económicas como el cultivo de lino para la confección de paños y la elaboración y comercialización de cueros.

Durante la Guerra Civil, en julio de 1937, Navalagamella fue escenario de intensos combates en el contexto de la Batalla de Brunete, lo que resultó en graves daños para el municipio. Tras el final del conflicto, en 1940, Navalagamella fue incluida en los planes de reconstrucción elaborados por la Dirección General de Regiones Devastadas.

Lugares de interés

La construcción de la actual iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Estrella comenzó a finales del siglo XV y continuó en el siglo XVI. Durante este periodo, Navalagamella se convirtió en un importante proveedor de piedra y madera para el Real Monasterio de El Escorial. En su interior destaca la capilla de la Inmaculada, ubicada bajo el coro, que alberga una pila bautismal gallonada del siglo XVI.

Navalagamella alberga numerosos ejemplos de arquitectura militar, distribuidos a lo largo de su término municipal. Estos incluyen fortines, búnkeres, puestos de tirador y parapetos, sumando un total de 127 estructuras. Entre los más destacados se encuentra la posición Calvario, ubicada en la entrada del municipio por la M-510. Esta posición se caracteriza por una trinchera anular que conecta varios nidos de ametralladora.