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El mayor tesoro de España es un impresionante pueblo entre rocas con calles angostas y plazas únicas

Castellfollit de la Roca
Castellfollit de la Roca
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Enclavado entre los ríos Fluviá y Toronell, Castellfollit de la Roca se erige imponente sobre una espectacular pared de basalto, destacándose como uno de los pueblos más encantadores de España. Su casco antiguo, de origen medieval, rebosa encanto, con plazas y callejones que invitan a pasear y explorar su ambiente singular. La plaza-mirador Josep Pla, ubicada al filo del precipicio, ofrece unas vistas panorámicas sobrecogedoras que cautivan a todos los visitantes.

El encanto de Castellfollit de la Roca reside en su historia, evidente en la iglesia de Sant Salvador y el campanario de Sant Roc, ambos construidos en el siglo XIII. Sin embargo, su verdadera joya es el entorno natural, donde lo natural se funde con lo arquitectónico de manera mágica. La proximidad al Santuario del Cós y al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa ofrece experiencias inolvidables para los amantes de la aventura.

Castellfollit de la Roca, el pueblo más impresionante de España

Con más de 1.000 años de historia, Castellfollit de la Roca se erige como el segundo pueblo más pequeño de Cataluña. Su pasado se remonta al siglo XI, donde se menciona por primera vez en los libros de historia como un antiguo castillo perteneciente al vizcondado de Bas.

Sin embargo, dos siglos después, la fortaleza pasó a manos de la corona española y sufrió el embate de dos fuertes terremotos en 1427 y 1428, que causaron grandes daños y derrumbes en la estructura, afectando también al resto del pueblo. Además, durante el siglo XVII, tanto el castillo como la localidad de Castellfollit de la Roca fueron invadidos por las fuerzas francesas, dejando una marca indeleble en su historia.

Lugares de interés

El casco antiguo de Castellfollit de la Roca se caracteriza por sus calles estrechas de origen medieval, donde la mayoría de las casas fueron construidas con rocas volcánicas de la comarca. En el corazón de este pintoresco pueblo se encuentra la iglesia de San Salvador, cuya existencia se remonta al siglo XIII. El edificio actual, remodelado en varias ocasiones, exhibe un estilo renacentista tardío, destacando su campanario de planta cuadrada con aberturas en cada lado y una cúpula adornada con pequeñas pilastras.

A pesar de las modificaciones, se conserva una ventana románica tardía y numerosos sillares de basalto reutilizados en su estructura. Hoy en día, el interior de la iglesia alberga un centro cultural donde se realizan exposiciones temporales, añadiendo un atractivo cultural adicional a esta joya arquitectónica medieval.

El Museo de Vietnam, impulsado por Martí De Miquels, es una de las atracciones destacadas de Castellfollit. Este museo, único en Europa, ofrece una completa colección sobre el conflicto bélico de las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX. Entre sus exhibiciones se encuentran armas, uniformes, fotografías, documentos personales y hasta un trozo del fuselaje de un avión estadounidense.

Por otro lado, el Museo del embutido ofrece una experiencia diferente, centrada en la conservación de la carne a lo largo de la historia. Los visitantes pueden explorar herramientas y máquinas utilizadas en la elaboración de carne, así como disfrutar de degustaciones de productos típicos de la comarca. Dos museos que ofrecen perspectivas distintas, pero igualmente interesantes, en el corazón de Castellfollit.

 

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Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa

El volcán de Santa Margarita, ubicado en el municipio de Santa Pau (Garrotxa), es una de las maravillas naturales más impresionantes de la zona. Con una antigüedad de 11.000 años y una altura de 700 metros, este volcán cuenta con una amplia boca que ahora se ha convertido en un vasto prado de aproximadamente 2.000 metros de circunferencia, desde donde se puede disfrutar de vistas panorámicas increíbles. En su centro se encuentra la iglesia románica de Santa Margarita, que le da nombre al volcán. Para llegar hasta su cráter, es necesario realizar una caminata, aunque empinada, que se puede completar sin dificultades.

Este volcán, con un paisaje que recuerda a la luna, se sitúa entre los municipios de Santa Pau y Olot. Durante 25 años estuvo activa su explotación para la extracción de yeso, lo que ha dejado su característico aspecto escalonado. A pesar de ello, es uno de los volcanes más grandes de la península y ofrece la particularidad de que se puede explorar su interior. Una excursión a pie de aproximadamente tres kilómetros sin desniveles y accesible para todas las edades, es la mejor manera de visitarlo y apreciar también el paisaje circundante de la Garrotxa.

Finalmente, desde el cráter del volcán Montsacopa, con un diámetro de 120 metros y una profundidad de 12 metros, se puede disfrutar de una impresionante vista panorámica de 360 grados que abarca gran parte de la Garrotxa. Este volcán, ubicado en el corazón de la ciudad de Olot, tuvo un papel estratégico durante la Guerra de la Independencia.

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