‘Nos vemos en otra vida’ quiere ser la serie del año pero no lo consigue
Una serie sobre el primer detenido por los atentados del 11 M
Ya se ha estrenado en Disney+ Nos vemos en otra vida, una serie sobre el 11M a la que le cuesta arrancar y es muy posible que muchos espectadores abandonen en los primeros capítulos. No es un mal producto pero hubiera funcionado mejor como película. Narra la historia de Gabriel Montoya Vidal, más conocido como Baby, que, con 16 años, fue el primer condenado por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Atocha y su testimonio fue clave en el macrojuicio que tuvo lugar en 2007. La ficción es una creación de Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo (autores que tocaron el cielo con Crematorio pero que fueron muy sobrevalorados con La Zona) y se centra en la cotidianidad del horror, en la periferia de lo que fue la mayor masacre terrorista de nuestro país. No se le puede negar a Nos vemos en otra vida, una apuesta por la originalidad de su punto de vista y una perfecta dirección de actores en la que la naturalidad lleva la voz cantante. Muchos críticos ya la catalogan como “la serie del año” por su temática y supuesto compromiso. ¿Es para tanto? No. Aviso para creadores: no puede comenzar el interés en el tercer capítulo. Para eso hay otros formatos.
¿De qué va ?
En Nos vemos en otra vida se retratan las experiencias vitales de Gabriel Montoya Vidal, más conocido como Baby, que fue el primer condenado por los atentados del 11 de marzo de 2004. En aquellos ataques terroristas, desplegados en Madrid y que se cobraron la vida de más de 190 personas, el protagonista participó en el traslado de los explosivos que se emplearían en la capital. Por aquel entonces, era un adolescente de dieciséis años que colaboró principalmente con Emilio Trashorras. Más adelante, su testimonio sería clave en el juicio que tuvo lugar en 2007.
Problemas de estructura: una serie no es una película
Una serie está compuesta por episodios y cada uno de ellos ha de tener una estructura cerrada, que se abre, al final, para tener continuidad dramática. A parte de la trama episódica, está el arco de temporada, que se va desgranando por entregas. Esto, que parece muy sencillo, hay a quienes no lo entienden. En resumen: una serie no es una película de seis horas en la que el punto de giro (aquello que realmente afecta al protagonista y por lo que se crea interés en el espectador) puede aparecer en el capítulo tres. ¿Por qué se supone que hay que aguantar hasta ese momento? Con toda la oferta que hay ahora mismo, lo competitivo es que un producto enganche y emocione desde su arranque. Este, sin embargo, es un mal muy común y pasa hasta en las mejores familias. Le ocurre lo mismo a un producto de tanto renombre como Hierro (Movistar +) e incluso en la recién estrenada El régimen en Max (muy divertida Kate Winslet haciendo de la versión femenina y ficticia del Putin más desquiciado pero sus dos primeros episodios son meras presentaciones de personajes). Y este problema también lo tiene Nos vemos en otra vida.
Los dos primeros episodios de esta nueva creación de los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo son prácticamente introductorios. Están muy bien rodados pero el guion de despieza hasta el punto de no interesar. Es a partir del tercer capítulo cuando la trama arranca en interés (y bastante). El caso es que hasta llegar a ese punto existe cierta sensación de desidia. Repetimos: A veces hay que saber elegir el formato adecuado. Esta historia necesitaba ser contada como un largometraje, subdividirla tanto no ha hecho sino restarle fuerza.
Naturalidad al poder
Aun con todo, Nos vemos en otra vida es un gran producto por varias razones. Si uno aguanta el arranque y se mete en la trama, se encontrará con un universo casi documental. El realismo es sobrecogedor y, en este caso, da hasta miedo. La labor de casting es aplaudible y la dirección de actores, soberbia. Roberto Gutiérrez interpreta a la versión más joven de Baby, mientras que Quim Ávila le sucede en su fase adulta. Completan el reparto Pol López como Trashorras, Tamara Casellas como la madre de Baby y Mourad Ouani como El Chino, uno de los jefes del grupo yihadista. Todos, absolutamente todos están impecables. Hay que destacar al joven Gutiérrez y, sobre todo, a la que interpreta a su progenitora. Cada vez que están juntos se crea magia.
Los hermanos Sánchez-Cabezudo saben lo que tienen entre manos y son muy diestros a la hora de crear imágenes potentes pero sin resultar pomposos. Arrancaron en la industria con una de las series más punteras de nuestra historia, Crematorio, y luego fueron muy aplaudidos por La zona, una de las primeras producciones originales de Movistar + que, vista con el tiempo, fue una oportunidad fallida y muy sobrevalorada por la crítica (ese Premio Feroz a la mejor serie es de un absurdo que asusta).
Lo último en Televisión, cine y series
-
Éxito asegurado: Prime Video revoluciona su oferta con la película más vista en los últimos 30 años
-
Aviso a los fans de Harry Potter: MAX acaba de estrenar la serie perfecta para Navidad
-
La miniserie más esperada de Netflix ya está aquí: 5 episodios de pura acción
-
El director de ‘Kraven el cazador’ no quiere prejuicios con su película: «Démosle una oportunidad»
-
John Watts no cree que ‘Wolfs 2’ vaya a producirse: el problema de Apple con su contenido original
Últimas noticias
-
Jornada 14 de la Liga: resumen de los partidos
-
El Barça se diluye en cinco minutos en Balaídos
-
Hansi Flick, tras la ‘empanada’ del Barça ante el Celta: «Hemos jugado muy mal partido»
-
Otro error de Correos en un sello: le cambia el nombre al descubridor de Oceanía Toribio Alonso
-
Ruben Amorim, la última esperanza del United