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‘La mesita del comedor’: ¿realmente es buena la película española que recomienda Stephen King?

Una cinta de bajo presupuesto que fue rechazada en el festival de Sitges pero que se ha convertido en un fenómeno

La mesita de comedor es una cinta de terror española de bajo (bajísimo) presupuesto que nadie quiso comprar ni estrenar debido a su crudeza. Sólo se podía ver en Estados Unidos a través de algunas plataformas pero no en nuestro país. Ha tenido que ser el escritor Stephen King quien la sacase del olvido, recomendándola apasionadamente en sus redes sociales para que, ahora, podamos verla a través de Filmin. ¿Pero es tan buena como dice el rey del horror? Sí y no, depende del estómago que uno tenga. La película que el director Caye Casas rodó durante 10 días en el apartamento de unos amigos, fue rechazada por el festival de Sitges (uno de los mayores referentes del cine de género) y nadie quería distribuirla por lo dura y cruel que es. Una historia muy loca, absorbente e increíblemente incómoda que parte de una premisa tan bestia como inesperada. Es el ejemplo perfecto de que, para hacer películas, lo más importante es el compromiso, el talento y una buena historia. El autor de obras de arte como It o Misery tiene toda la razón del mundo: La mesita del comedor es de lo más fuerte y entretenido que verás en tu vida.

¿De qué trata?

La mesita del comedor está protagonizada por María y Jesús, una pareja que no está pasando por un buen momento. Todo cambia para ambos tras comprar una mesita para el comedor, ya que esto termina convirtiéndose en «la peor decisión de sus vidas». Casas dirigió la película, pero también escribió el guion junto con Cristina Borobia. David Pareja, Estefanía de los Santos, Josep Maria Riera, Itziar Castro, Claudia Riera, Eduardo Antuña, Gala Flores y Cristina Dilla encabezan el reparto de la terrorífica producción.

La película que no debería existir

Como ya se ha mencionado, esta no es sólo una película de bajo presupuesto, es que directamente no había casi dinero para realizarla. Caye Casas la rodó en diez días y se rodeó de amigos para abaratar costes. Una vez montada se presentó al festival de Sitges, experto en cine fantástico y de terror, pero fue rechazada para entrar en la sección oficial por su crudeza y angustia psicológica. Intentar venderla a distintas distribuidoras fue aún peor. Nadie quería «una película que no debería existir» (que es lo que le dijeron al propio director en distintas empresas). Tras uno pases de cine autofinanciados, Casas apostó por el mercado extranjero, llevó La mesita del comedor a distintos festivales internacionales y fue la cinta española más laureada del 2023 con 40 premios.

Pantallazo de ‘La mesita del comedor’.

Stephen King y el milagro promocional

Pero todo cambió por un tuit. Stephen King, el gran genio del escalofrío, describió La mesita del comedor en X (antes Twitter) de la siguiente manera: «Supongo que nunca, ni una vez en toda tu vida, has visto una película tan negra como ésta. Es horrible y también terriblemente divertida. Piensa en el sueño más oscuro de los hermanos Coen».

Tensión hasta el extremo

No es bueno saber más sobre el argumento de La mesita del comedor. Hasta el tráiler es engañoso (para bien). Tampoco hay que esperar mucho para descubrir su secreto. El giro del primer acto se descubre pronto y es tan bestia y aberrante que uno aguanta sólo por saber cómo narices se las va a apañar el guión para seguir tensando la cuerda durante todo el metraje. respuesta: se consigue con creces.

Pantallazo de ‘La mesita del comedor’.

La mesita del comedor es la hija anarquista de Alfred Hitchcock, Los hermanos Coen, Pascal Lauguier (Martyrs) y Chema García Ibarra (Espíritu sagrado). El suspense, basado en dar más información al espectador que la que tienen los personajes (o la mayoría de ellos) aquí se lleva a la enésima potencia. Uno cree que es imposible alcanzar la tensión constante durante la hora y media que dura la película pero el guión y la dirección son tan buenos que se logra con creces. Es más, la gran mayoría de loa gente que conozco y que se ha acercado a ella, ha sido incapaz de terminarla. A mí, sin embargo, me entusiasmó.

Caye Casas hace del pecado virtud y aprovecha la falta de recursos económicos para grabar con elegancia los planos más. Casi todo lo que pasa en La mesita del comedor sucede fuera de plano, lo que hace crecer la angustia y la tensión hasta el límite de la arcada. Uno termina la proyección perplejo, confundido, asqueado, exhausto y maravillado. La situación que plantea no sólo es aberrante (para bien) sino que encima se permite añadir toques de humor absurdo que encajan perfectamente con lo que se está contando (ese vendedor de la tienda de muebles es gloria bendita). Esta es una cinta radical, provocadora pero no gratuíta. El creador tiene algo que contar y lo hace lo mejor que puede. Eso sí, hay que prepararse para el viaje, no es para todo el mundo.