Un actor de la serie feminista ‘Valeria’ denuncia acoso: «Se cuida mucho a la mujer pero al hombre no»
El actor argentino Benjamín Alfonso fue sustituído, tras 8 meses de rodaje, por Maxi Iglesias
El escándalo se ha cernido sobre una de las series españolas más populares de Netflix: Valeria. Cinco años después del estreno de la primera temporada de esta ficción basada en las novelas de Elísabet Benavent, el actor argentino Benjamín Alfonso ha confesado que sufrió acoso por parte del equipo femenino de la producción. Y es que, y esto es algo que no se sabía a gran escala, Alfonso rodó toda la primera tanda de episodios como protagonista. Y fue al final del rodaje cuando le comunicaron que se caía del proyecto y que todas sus escenas volverían a grabarse pero con otro intérprete, en este caso, Maxi Iglesias, que fue quien estuvo en Valeria hasta el final de su cuarta temporada.
Ha sido en el programa argentino Almorzando con Juana, conducido por Juana Viale, donde Benjamín Alfonso ha contado por primera vez lo que vivió durante nueve meses en el set, antes de ser repentinamente reemplazado por Maxi Iglesias.
«Hubo acoso en mi contra, y fue muy fuerte», ha señalado. Aunque no ha nombrado directamente a la persona responsable, ha asegurado que fue una de sus compañeras de reparto quien lo señaló como el problema para evitar ser reemplazada y presuntamente convenció a las directoras de apartarlo del proyecto.
El actor ha definido al equipo de la serie como «ultrafeminista» en el que «se cuida mucho a la mujer pero al hombre no» . «Grabé la serie entera, echan a la directora, echan a un montón de gente, y… me bajaron a mí. Echaron a un montón de gente y las chicas estaban desesperadas, y yo les daba tranquilidad. No podía decir nada, teníamos un contrato de confidencialidad y de silencio», continúa narrando.
Asimismo, Alfonso ha puntualizado que se sintió «desprotegido» durante el rodaje de las escenas de sexo: «Autorizaban escenas donde yo no sabía que me tenía que dar un beso o me tenían que hacer diferentes cosas». También afirma haber recibido «llamadas a deshoras» por parte de una de las actrices, durante y después del rodaje.
Cuando le preguntaron directamente si llegó a sufrir acoso, su respuesta ha sido clara y breve: «Sí, estaba sufriendo acoso».
El argumento que finalmente le dieron para su despido fue que «no había conexión» con su compañera. Sin embargo, según su versión, lo que había detrás de esa explicación era el acoso: «La quisieron bajar a ella, y dijo que el problema era yo. Consiguió convencer al resto de las directoras y me bajaron. Me dijeron que iban a regrabar todas las escenas».
El impacto en su vida personal y profesional fue devastador. Alfonso ha relatado: «Empecé a tapar emociones que empezaron a afectar en mi cuerpo. Dejé de procesar la comida y perdí 13 kilos. Perdí seguridad en mí mismo, alejé a mi pareja… Son cosas que recién ahora puedo contar».
El argentino ha expresado que sintió que atravesaba un «infierno» durante aquellos meses, y que no podía hablar por un contrato de confidencialidad y silencio. Fue ese silencio el que prolongó su dolor: «No podía decir nada», ha sentenciado el intérprete.
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