Apoteosis en la Goyesca de Ronda: Roca Rey y Aguado deleitan a la afición y salen a hombros
La corrida Goyesca de Ronda fue un festejo triunfal en el que tanto el peruano Roca Rey como Pablo Aguado salieron a hombros tras cortar cuatro y tres orejas, respectivamente, aunque fue la excelsa torería del sevillano la que la verdadera emoción de la tarde.
En el toreo muchas veces el aficionado, o mejor, el público, se deja guiar por el número de orejas cortadas para hacerse de cómo ha ido una tarde de toros. Es el «resumen» más rápido para saber lo que ha pasado, pero muchas veces el marcador de trofeos no refleja realmente la calidad de lo acontecido. ¿Cuántas orejas se cortan a diario y de ellas cuántas faenas se quedan grabadas en la retina?.
Este podría ser el adelanto de la de hoy en la tradicional goyesca de Ronda. Algunos se quedarán con la espectacularidad de Roca Rey, pero otros -y la gran mayoría- se llevarán en la retina pasajes de las faenas de Pablo Aguado a su segundo y su tercer toro.
Rugieron los oles con la primera y lenta verónica que le instrumentó Pablo Aguado al segundo de Jandilla, que salió con muchos pies de chiqueros y que en el tercio de varas derribó al caballo. El sevillano brindó a Cayetano antes de iniciar faena con unos doblones por bajo de muchísima torería.
A media altura y de uno en uno tuvo que armar la faena Aguado, ya que el toro adolecía de fuerzas y apenas se mantenía en pie, lo que impidió pasar de los detalles sueltos.
El cuarto toro no le permitió a Aguado lucirse a la verónica, pero sí pudo dejar después un quite por chicuelinas de especial sabor.
Al público fue el brindis esta vez y, nuevamente, el inicia fue para paladaras exquisitos. Luego llegaron los naturales, de uno en uno, a cámara lenta, barriendo el albero y llevando mecido al toro en la muleta. Extraordinarios. Qué pena que el toro no tuviera más motor para que aquello adquiriera tintes de obra grande.
Una larga cambiada de rodillas, cuatro verónicas y una media bastaron para arrancar los oles del público en el que cerró plaza, con el que volvió a echar toda la carne en el asador y, otra vez, bordó el toreo por naturales. Auténticos carteles de toros que por momentos se vieron deslucidos por las pocas fuerzas del animal, al que acabó cortando dos orejas.
El primero de Roca Rey ya ve vio que iba a ser muy soso, pero el peruano, a base de temple, fue haciéndolo poco a poco y corrigiendo ese defecto de rematar los viajes con un tornillazo por el derecho.
Cogió la zurda y con el animal muy venido a menos, se los pegó de uno en uno, pero una última tanda a derechas casi al final de la faena hizo vibrar los tendidos por el mando y lo toreado que lo llevó Roca, que cerró su labor por manoletinas muy ajustadas.
Con mucha disposición salió el peruano Andrés Roca Rey a recibir al tercero de la tarde, segundo de su lidia, con el capote al que le realizó un quite ajustadísimo tras el paso del toro por el caballo, por chicuelinas de infarto, una tafallera y la revolera.
Brindó al público, se ancló las zapatillas en el tercio para llevar con ayudados por alto al de Jandilla, que embestía con todo y acostándose ligeramente, reponiendo, además, por el derecho.
Se cambió de mano el peruano y por naturales consiguió pases muy poderosos, sin amilanarse ante un toro cada vez más brusco y a la defensiva al verse sometido por la muleta de Roca Rey, que, en un alarde de autoridad, le pegó una última serie por el derecho como diciendo «aquí mando yo». Cortó dos orejas.
De hinojos comenzó la faena al sexto, que brindó a Joaquín, el futbolista del Betis. Ya de pie y en los medios se echó la muleta a la derecha y se dejó llegar al toro de largo. La explosión llegó sobre la zurda, por donde Roca bajó mucho la mano y formó un auténtico alboroto al buen Jandilla, que, si bien tenía las fuerzas justitas, sacó muy buen fondo.
Cerró faena con bernardinas ajustadísimas en las que el público no sabía si decir «olé» o «uy» y, aunque faltó contundencia con el acero, volvió a pasear otras dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Jandilla-Vegahermosa, de muy buena presentación y buen juego en general, a excepción del tercero.
Roca Rey, de verde botella y oro: pinchazo y otro hondo (ovación tras aviso); estocada (dos orejas); media delantera y tendida, y descabello (dos orejas).
Pablo Aguado, de negro y pasamanería en hilo blanco: estocada baja (ovación); pinchazo y estocada levemente desprendida (oreja); estocada (dos orejas).
En cuadrillas, destacar la gran tarde de Iván García tanto con el capote como con los palos.
La plaza registró lleno de “no hay Billetes” dentro del aforo permitido.