Condenan a un hombre en Jaén por maltratar y abusar de los cinco hijos de su pareja

La Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a un hombre de 32 años acusado de maltratar y abusar sexualmente de los cinco hijos de su pareja de 2, 3, 6, 8 y 10 años de edad. Igualmente, la pareja del condenado ha sido también juzgada y condenada a tres años de prisión por conocer el delito y no impedir ni denunciar la situación.

En el auto se recogen algunas de las atrocidades que el padre hacía a los menores destacando que los pequeños vivían en «una especie de casa de los horrores en la que reinaba el sufrimiento de unos niños inocentes bajo la permisividad de dos adultos indignos de ellos».

Los hechos que han sido probados sucedieron en 2016 cuando el condenado era pareja de la madre de los niños, «sometía frecuentemente a los menores a violencia física y psíquica, consistiendo tales actos en golpearlos en diversas partes del cuerpo y en la cara, atizarles con un palo, causarles quemaduras con cigarrillos, golpearlos con una correa y someterlos a humillaciones y prácticas asfixiantes».

El auto se fija especialmente en la menor de 3 años que fue víctima de estos abusos reiteradamente por parte del hombre mientras sus hermanos lo presenciaban.

Igualmente, el juez hace especial hincapié en que la madre era conocedora de estos actos por parte de su pareja y «no adoptó medida alguna que pusiera fin a tales agresiones». Es más, el auto describe que el condenado siguió con esta práctica «de manera indolente, como si nada anormal ocurriera».

El acusado, por su parte, alegó que eran los propios niños los que se peleaban entre ellos causándose estas lesiones, «se pegaban a lo burro, como hombres», además de negar que él hiciera eso a los menores: «Es mentira que hiciera cosas de mayores con la niña, en la vida yo haría eso».

La propia madre también declaró que ella no tenía conocimiento alguno de estas prácticas, además de defender la versión del condenado: «Le llamaban papá y hasta creo que a él le querían más que a mí». 

El caso fue denunciado gracias a unas trabajadores de supermercado que veían como la niña pequeña siempre llegaba con moratones, cada vez más visibles y con los ojos llenos de sangre.