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Muere Cecilia Giménez, restauradora del ‘Ecce Homo’ de Borja, a los 94 años

Cecilia Giménez, la pintora aficionada responsable del fenómeno viral del Ecce homo de Borja, con el que esta localidad zaragozana dio la vuelta al mundo en el verano de 2012, ha fallecido este lunes, 29 de diciembre, a los 94 años, según ha informado el Santuario de la Misericordia en su cuenta de Instagram y ha confirmado el alcalde de la localidad, Eduardo Arilla.

Giménez saltó a la fama sin desearlo en absoluto al conocerse el polémico resultado de la restauración de esta pintura al fresco, obra original de Elías García Martínez, en el Santuario de la Misericordia de Borja, que ella siempre defendió que no estaba terminada.

Tras unos primeros días en los que lo pasó bastante mal, las mofas se convirtieron en cariño, después de que el fenómeno viral colocara a Borja en el mapa y de que tanto sus vecinos como buena parte del país mostraran su simpatía por la pintora. El punto de inflexión llegó unos días después, el 25 de agosto de 2012, cuando miles de personas se trasladaron al santuario con motivo de la Romería de San Bartolomé y Cecilia «sale al patio de su casa» y ve a «todo el mundo aplaudiéndole», ha recordado el alcalde de Borja.

De hecho, decenas de miles de personas han visitado desde 2012 el santuario para ver en persona la peculiar restauración. Además, el dinero recaudado con las entradas se destina íntegramente a la Fundación Hospital Sancti Spiritus y Santuario de la Misericordia, para mejorar sus instalaciones y ayudar a las personas mayores con menos recursos de la residencia, donde estuvo interna Cecilia junto a su hijo, que tiene parálisis cerebral, hasta que fue trasladada a otro centro cuando comenzó a sufrir demencia senil.

En concreto, se espera superar en 2026 los 300.000 visitantes, lo que ha supuesto unos ingresos de más de 600.000 euros y la creación de dos empleos en el Santuario, ha asegurado Arilla.

El alcalde de Borja ha indicado que la ilustre vecina llevaba «unos tiempos complicados», pero ha destacado que logró lo que siempre quiso: pasar sus últimos años en paz, tranquila y con su hijo. A ello ha sumado que se ha ido sabiendo «que la gente la quiere».

Se ha congratulado también de que «el mejor homenaje fue en vida», con el reconocimiento del Ayuntamiento a todo el fenómeno que generó, que ha tenido un importante impacto a nivel de ingresos. Entre los tributos, ha nombrado el centro de interpretación del Ecce Homo, en el que se explica su vida y el contexto de la polémica restauración.

Una vida «muy dura», ha reiterado el alcalde, ya que quedó viuda a una edad muy temprana, uno de sus dos hijos murió de distrofia muscular degenerativa y quedó a cargo del otro, con una discapacidad, que es a quien iba a atender cuando dejó incompleto el repintado del fresco.

«Para una calle, una plaza siempre hay tiempo», ha remarcado Arilla, quien ha insistido en el agradecimiento generalizado de los borjanos a Cecilia, pese a la tristeza por su fallecimiento. «Hablar de Cecilia es hablar de madre entregada, de lucha, de fuerza, pero sobre todo es hablar de generosidad, cualidades que le han servido para ganarse el cariño de todo el mundo», han expresado desde el Santuario.