Sociedad

Desmantelan otra banda de butroneros que también asaltaba tiendas de bicicletas

El asalto a comercios especializados en bicicletas de lujo ya es tendencia en la Comunidad de Madrid. La Guardia Civil ha vuelto a desmantelar otra banda, la anterior fue hace una semana, que se dedicaba a éste lucrativo delito que les había reportado cientos de miles de euros en menos de seis meses.

La investigación arrancó el pasado mes de septiembre precisamente después del robo que pueden ver en estas imágenes que publica OKDIARIO. Los delincuentes tras robar un par de vehículos en Madrid se dirigieron hasta esta tienda de Colmenar, entraron en un comercio adyacente y desde allí practicaron un butrón o agujero para entrar en la tienda de bicicletas. Allí, con todo el tiempo del mundo tras esquivar las alarmas, hicieron acopio de un botín superior a 120.000 euros en bicicletas y otros efectos.

Las primeras investigaciones llevaron lógicamente a los guardias hasta las bandas de delincuentes veteranos del sur de Madrid especialistas en este tipo de asaltos hasta descubrir a los dos sospechosos, pero la confirmación la tuvieron los guardias semanas después. Un mecánico de una tienda de bicicletas de la localidad de Guadarrama sospechó de una cara bicicleta que le habían llevado para reparar y examinando el bastidor corroboró sus temores poniéndose en contacto con los guardias. Estos, tirando del hilo, llegaron hasta los mismos delincuentes que ya habían identificado como principales sospechosos de los robos.

Se trata de dos conocidos “aluniceros” del madrileño barrio de Orcasitas que antes militaban en la banda del famoso “Niño Juan” y habían cambiado el método de empotrar coches contra las lunas de los comercios por el de hacer agujeros desde los portales o comercios contiguos para entrar en las tiendas que robaban. Son dos delincuentes españoles de 28 y 30 años que ya cuentan con más de 40 detenciones entre ambos y ahora se les imputan tres asaltos en Las Rozas, Colmenar y Guadalajara.

La venta de los efectos que robaban lo hacían a través de una red de contactos que por una pequeña comisión revendían a sus conocidos las bicicletas robadas a un precio muy inferior al de mercado. Eran los mismos ladrones en persona los que quedaban con los interesados entregando las bicicletas en mano.