Sociedad

Esta noche, cambio de hora: a las tres serán las dos

Esta noche, a las tres serán las dos. El reloj se retrasa para dar lugar al horario de invierno. Los dos efectos más inmediatos son que habrá 60 minutos más para dormir la próxima madrugada y que ya este domingo empezará a oscurecer apenas superadas las seis de la tarde (y cada día más pronto hasta el solsticio de invierno).

El cambio de hora comenzó a generalizarse a partir de 1974 motivado por la primera crisis del petróleo y para un menor consumo de electricidad. La medida se aplica como directiva europea desde 1981 y, aunque abierta a revisión, se mantiene intacta la costumbre de adelantar el último domingo de marzo y retrasar el último de octubre.

Según cálculos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), el ahorro en iluminación (si el uso es “responsable”, matiza) podría alcanzar el 5%, en torno a 6 euros por hogar. Según un estudio de la Comisión Europea presentado en 1999, el cambio de hora no sólo incide positivamente en el bolsillo, sino también en seguridad vial, condiciones de trabajo, ocio o salud.

Pero no todos son tan optimistas. Numerosos trabajos, estos ya no financiados por los promotores de la directiva, concluyen que el cuerpo humano se rige por el reloj y que el cambio de hora sencillamente hace que el cuerpo deba cambiar sus hábitos de hora. En este sentido, indican también, los más afectados son niños y ancianos, que precisan de más días para adaptarse.