Sociedad
FAMOSOS

Álvaro Morata y Alice Campello han confirmado por primera vez lo que todo el mundo se pregunta sobre ellos

El matrimonio se separó, pero hace unos meses se dieron una segunda oportunidad

Alice Campello se siente muy orgullosa del paso que ha dado junto al futbolista

Álvaro Morata lo ha pasado muy mal por los ataques que ha recibido

Álvaro Morata y Alice Campello han decidido romper el silencio en el momento más delicado de sus vidas, respondiendo a la pregunta que todos se hacen. Coincidiendo con el lanzamiento del documental Morata: No sabéis quién soy, el futbolista de la Selección Española y su mujer han ofrecido una mirada inédita a los altibajos que han vivido como pareja, confirmando lo que hasta ahora solo eran conjeturas. Entre recuerdos dolorosos, emociones crudas y confesiones valientes, ambos han narrado con serenidad un capítulo que marcará un antes y un después en su historia.

La presión que rodea a los deportistas de élite rara vez deja ver el coste emocional que conlleva. En el caso de Álvaro Morata, ese coste fue demasiado alto. El delantero, que ha sido objeto de duras críticas por sus actuaciones en el campo, especialmente tras fallar un penalti decisivo en la final de la Liga de Naciones ante Portugal, ha admitido que esas reacciones del público afectaron gravemente a su estabilidad emocional. «Pensé en dejar la Selección», reconoce en su documental, en un momento que resume la magnitud del sufrimiento que ha atravesado.

La hostilidad de los aficionados no sólo le alcanzó a él, también salpicó a su entorno más cercano. Él mismo lo verbaliza con crudeza: «¿Compensa que a cada sitio por donde vaya en España con mi familia tenga episodios desagradables y que la gente te vacile, te insulte y se ría de ti?». Una pregunta que condensa la frustración, la impotencia y el dolor de sentirse desprotegido incluso cuando viste la camiseta de su país.

El papel que ha jugado Alice Campello

Alice Campello fue mucho más que una compañera de vida. Fue la única presencia constante durante sus momentos más oscuros. Morata lo define de forma clara en el documental: ella era su «sitio seguro» cuando las sombras lo envolvían. Sin embargo, esa protección emocional tuvo un alto coste. La empresaria italiana ha contado que convivir con alguien en proceso de destrucción interior también le pasó factura. «Me costaba levantarme de la cama, sentía dolor, mi cuerpo no lo sentía igual, enfermaba mucho más antes», comparte en uno de los momentos más impactantes del documental.

Alice Campello en un evento de moda. (Foto: Gtres)

Alice no podía ignorar lo que sucedía. Ni siquiera podía consolarse pensando que todo estaba bien, porque no lo estaba. «Sentía que tenía absolutamente todo para ser feliz», confiesa, pero esa plenitud aparente no era real. Su entorno perfecto no compensaba un malestar profundo que terminó afectando también a la relación de pareja. La ruptura era inevitable y ambos lo sabían.

La pareja vivió un distanciamiento real, con cinco meses de separación que acapararon titulares pero que ocultaban un drama mucho mayor. Morata reconoce que su frágil estado anímico fue determinante: «No podía poner en riesgo otra vez el coger otra depresión». Esa pausa no fue una decisión tomada a la ligera, fue una necesidad para evitar volver a caer en el abismo que ya conocía demasiado bien.

Una familia unida ante la adversidad

Con cuatro hijos pequeños en común, la italiana no podía mirar hacia otro lado. Fue quien decidió llevar a su marido a recibir ayuda médica especializada. «Me decía que solo con tocar la pelota le entraba ansiedad», recuerda. Esa frase resume el nivel de agotamiento psicológico que sufría Morata, quien ya no encontraba placer en su mayor pasión. El deporte, en lugar de aliviarle, le provocaba un estado de alerta constante. En medio de todo ello, Campello fue la que asumió el timón de un hogar tambaleante, sin perder nunca la esperanza de que todo podría mejorar.

Después de meses de distanciamiento y de exposición pública, Álvaro y Alice decidieron darse una nueva oportunidad. No por inercia ni por rutina, sino porque seguía habiendo un vínculo que el desgaste emocional no había conseguido romper. Ambos entendieron que para volver a estar bien como pareja, primero debían sanar por separado. Y fue a partir de esa reconstrucción personal que surgió la posibilidad de un reencuentro real, profundo y maduro.

En un tiempo en el que las apariencias dominan en redes sociales, su historia ha sorprendido por la sinceridad con la que han abordado el dolor. Porque incluso en los matrimonios aparentemente idílicos, la oscuridad también se cuela. La clave, en su caso, ha sido no negar esa oscuridad. Por suerte, se han dado la mano a tiempo y han superado el bache.

Su historia comenzó en Italia, durante la primera etapa del futbolista en la Juventus. Fue allí donde coincidieron por primera vez, en un encuentro que marcaría sus vidas para siempre. Ocho meses después de conocerse, Morata pidió matrimonio a Alice durante una actuación del Mago Pop, sellando un compromiso que pronto se convirtió en una gran boda celebrada en Venecia en 2017. Durante estos años, se han mantenido como una de las parejas más sólidas, a pesar del paréntesis que escribieron hace unos meses.