Vitamina D: ¿cuánta necesitamos realmente para prevenir el cáncer?
Los estudios han demostrado que la vitamina D inhibe las acciones pro-tumorales en cáncer de colon
La Fundación PharmaMar, dentro de su ciclo de conferencias científicas para el público general, ha abordado un tema de creciente relevancia en el ámbito de la salud: la relación entre la vitamina D y el cáncer. Diversos estudios han mostrado que la vitamina D tiene la capacidad de inhibir acciones pro- tumorales, especialmente en cáncer de colon, lo que ha generado un interés renovado por comprender su papel más allá de la salud ósea.
El doctor José Manuel Quesada, especialista en Medicina y Cirugía e investigador del IMIBIC en Córdoba, explicó que la vitamina D no debe considerarse estrictamente una vitamina. Es un nutriente que puede sintetizarse en la piel a través de la exposición solar, y sólo se vuelve esencial en zonas con poca radiación ultravioleta. Además, subrayó la confusión terminológica que existe, ya que bajo el término «vitamina D» se agrupan distintas moléculas con funciones diferentes: la vitamina D3 (nutriente), el calcidiol (pre-hormona) y el calcitriol (hormona activa).
El dilema de los niveles óptimos
Uno de los puntos clave abordados fue la controversia sobre los niveles óptimos de vitamina D. Algunas sociedades científicas recomiendan un mínimo de 30 ng/ml de calcidiol, mientras que otras consideran suficiente mantener niveles superiores a 20 ng/ml. Esta disparidad se ve alimentada por estudios observacionales que asocian niveles bajos de vitamina D con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, incluidos varios tipos de cáncer, trastornos autoinmunes, problemas cardiovasculares, infertilidad, demencia e incluso un aumento de la mortalidad.
Sin embargo, el profesor Quesada advirtió sobre una paradoja relevante: aunque la evidencia observacional es sólida, los ensayos clínicos que han suplementado vitamina D en la población general no han mostrado de forma consistente beneficios significativos. Esto puede deberse a que muchos participantes ya tenían niveles adecuados de vitamina D, o a dificultades metodológicas como la imposibilidad de controlar o cuantificar la cantidad de exposición solar en los grupos de estudio.
La realidad española: sol y deficiencia
Pese a la abundancia de sol, en España los niveles de vitamina D son bajos en gran parte de la población. Entre los posibles responsables, se mencionó la exposición a xenobióticos como el bisfenol A, que podrían interferir con el metabolismo de la vitamina D.
Dado que la radiación ultravioleta implica riesgos como el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel, la exposición solar no siempre es una opción viable para mantener niveles adecuados. Las fuentes alimentarias son escasas y, en general, insuficientes para alcanzar los niveles recomendados. Por lo tanto, la suplementación dietética, ya sea a través de alimentos fortificados o suplementos farmacológicos, se presenta como una opción útil.
Vitamina D y cáncer: la perspectiva molecular
Por su parte, el profesor Alberto Muñoz, investigador del CSIC, profundizó en la relación específica entre la vitamina D y el cáncer. Recordó cómo estudios pioneros hace casi un siglo sugirieron una menor incidencia de cánceres sólidos en personas con alta exposición solar. Numerosos estudios epidemiológicos posteriores han corroborado una correlación inversa entre la latitud (y, por tanto, la exposición solar) y la mortalidad por ciertos tipos de cáncer, especialmente el colorrectal.
Sin embargo, al igual que el profesor Quesada, Alberto Muñoz señaló la discordancia entre los datos observacionales y los resultados de los estudios de intervención con suplementación de vitamina D en pacientes con cáncer. Argumentó que muchos de estos estudios adolecen de fallos metodológicos, corno la inclusión de pacientes con niveles adecuados de vitamina D, el uso de dosis insuficientes, periodos de seguimiento demasiado cortos y la falta de estratificación por edad, sexo, color de piel y estado de salud general.
Muñoz mencionó un estudio del New England Journal of Medicine que inicialmente concluyó que la vitamina D no ofrecía beneficios en cáncer ni en enfermedades cardiovasculares. No obstante, al analizar los datos en profundidad, se observó una reducción del 25% en la mortalidad por cáncer tras excluir los primeros dos años de seguimiento. Además, se identificaron beneficios en ciertos subgrupos al estratificar por variables como edad, sexo y estado de salud.
Mecanismos de acción antitumoral
En cuanto a los mecanismos antitumorales, la vitamina D actúa regulando el sistema inmunológico, potenciando la respuesta frente a infecciones y moderando procesos inflamatorios. Un mecanismo antitumoral relevante de la vitamina D es el aumento de la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos, un proceso clave en la eficacia de terapias oncológicas como el trastuzumab en cáncer de mama o anticuerpos anti-CD20 en linfomas.
Además, la vitamina D ha demostrado en estudios in vitro e in vivo disminuir la proliferación de células tumorales, inducir su diferenciación, sensibilizarlas a la quimioterapia y radioterapia, inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) y las metástasis.
El laboratorio de Muñoz ha investigado los efectos de la vitamina D sobre el estroma tumoral el conjunto de células no tumorales que rodean al tumor y que juegan un papel crucial en su progresión, y en las células troncales cancerosas, consideradas las responsables de la iniciación y el mantenimiento del tumor.
Sus estudios han demostrado que la vitamina D inhibe las acciones pro-
tumorales de los fibroblastos del estroma en cáncer de colon humano y modula la proliferación y diferenciación de las células troncales cancerosas en modelos de organoldes.
Organoides: una nueva herramienta para la Investigación
El profesor Muñoz explicó la innovadora técnica de los organoides, cultivos tridimensionales de células derivadas de tejido sano o tumoral que reproducen in vitro muchas de las características del tejido original. Su laboratorio ha
desarrollado un biobanco vivo de organoides de pacientes con cáncer de colon, lo que permite estudiar de forma más precisa la respuesta a diferentes tratamientos, incluyendo la vitamina D. Sus investigaciones con organoides han revelado que la vitamina D mantiene la troncalidad de las células madre en organoides normales y disminuye la proliferación e induce la diferenciación en organoides tumorales de forma variable entre pacientes.
Ambos expertos coincidieron en que mantener niveles adecuados de vitamina D (idealmente entre 30 y 50-60 ng/ml de calcidiol) es esencial para la salud. Aunque se considera segura una suplementación diaria de 1.000 a 2.000 unidades diarias, la dosis ideal debe individualizarse. Asimismo, destacaron el
posible beneficio de combinarla con vitamina K2 para reducir riesgos como la calcificación vascular o la formación de cálculos renales.
Finalmente, los profesores Quesada y Muñoz enfatizaron la necesidad de seguir investigando para comprender mejor los efectos de la vitamina D y establecer recomendaciones clínicas sólidas, basadas en evidencia científica rigurosa.
Lo último en Actualidad
-
Dra. Susana Gómez: «La esquizofrenia se asocia erróneamente a peligrosidad, incapacidad o aislamiento»
-
¿Qué relación hay entre la microbiota y la piel? Una experta aclara todas las dudas
-
Dra. Arranz: «Faltan recursos en digestivo para atender la alta demanda que crece entre los jóvenes»
-
Así se entrenan los profesionales sanitarios para prevenir agresiones
-
Así ha llegado Sor Rosario, a sus 111 años, a convertirse en la monja más longeva del mundo
Últimas noticias
-
El narcodictador Maduro lleva a los venezolanos a otra farsa electoral entre palizas callejeras y secuestros
-
Homenaje a Rafa Nadal en Roland Garros hoy, en directo: dónde ver gratis en vivo y por TV en España
-
Una placa para la posteridad: la huella de Rafa Nadal luce en la pista central de Roland Garros
-
Baena se despide entre lágrimas del Villarreal: el Atlético lo espera
-
Las emocionantes lágrimas de Rafa Nadal en su despedida de Roland Garros