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Una vida activa, clave para mantener la salud cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, de hecho, casi 18 millones de personas fallecen cada año por este motivo

Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en uno de los grandes problemas sanitarios a nivel global. El aumento de factores de riesgo como los malos hábitos alimentarios, el sedentarismo, el tabaquismo, o la obesidad; han convertido a este tipo de enfermedades en la principal causa de muerte en el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hasta 17, 9 millones de personas fallecen cada año en todo el mundo por este motivo. Aquí en España el 27% de las muertes se deben a enfermedades de este tipo, o lo que es lo mismo: una de cada tres personas que fallece, lo hace por complicaciones asociadas a este tipo de patologías.

Cifras que sólo pueden combatirse con prevención y medidas de choque cuya efectividad está asociada a la edad en la que se empiezan a tomar. En contra lo que se suele pensar, la salud cardiovascular debe empezar a cuidarse en la infancia.

La importancia de la infancia y la adolescencia

El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo a la hora de desarrollar una cardiopatía, algo para lo que la infancia y la adolescencia son «fases esenciales», tal y como recuerda la Dra. Soledad Ojeda Pineda, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Córdoba.

«Es desde pequeños cuando tenemos que empezar a controlar y prevenir las enfermedades cardiovasculares», añade la especialista, incidiendo en la importancia de «adquirir estilos de vida saludables durante los primeros años de vida». Un periodo en el que la familia y el entorno escolar tienen muchísima importancia.

Asimismo, la doctora, incide en la importancia que puede tener un diagnóstico precoz para las cardiopatías congénitas (aquellos trastornos en la estructura y funcionamiento del corazón debidos a un desarrollo anormal de este órgano antes de nacer), ya que puede evitar problemas graves en la edad adulta. Los síntomas más frecuentes en estos casos, señala, son una coloración azulada de piel, labios y uñas, respirar de forma acelerada y jadeante, e irritabilidad y fatiga a la hora de alimentarse.

La base de una correcta salud cardiovascular

Tener una buena salud cardiovascular nos permitirá llevar una vida activa y sin limitaciones funcionales en las actividades del día a día. Algo que sólo podremos conseguir llevando una alimentación saludable, practicando actividad física y evitando el consumo de tabaco y alcohol.

Tres recomendaciones, que recuerda la Dra. Soledad Ojeda Pineda, «son fundamentales a la hora de controlar las causas que pueden provocar este tipo de patologías, que en un porcentaje no despreciable son consecuencia de factores de riesgo adquiridos por nuestro estilo de vida».

También es importante, señala la especialista, conocer los antecedentes familiares de los pacientes, «ya que existe un grupo de enfermedades cardiacas que se derivan de una alteración genética con posibilidad de haber sido adquirida de manera hereditaria».

Dra. Soledad Ojeda Pineda, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Córdoba @Quirónsalud

La importancia de la prevención

La edad es, sin duda, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, por lo que la doctora Ojeda, recomienda que los pacientes comiencen a acudir a revisiones a partir de los 40 años en el caso de los varones y a partir de los 50 años en las mujeres. En el caso de las mujeres, aún más si sufren menopausia precoz.

Los pacientes con problemas cardiovasculares necesitarán de un seguimiento en base a su patología, incidiendo en controlar aquellos factores que puedan agravar la situación del paciente. En este sentido, la especialista incide de nuevo en la importancia de seguir un estilo de vida saludable y recuerda que entre los factores de riesgo cardiovasculares más agresivos se encuentran el tabaquismo y la diabetes mellitus.

Síntomas de alarma

Los principales síntomas de que la función cardiaca puede estar afectada son el dolor torácico, las palpitaciones, la falta de aire (disnea), o la pérdida de conocimiento (síncope). Señales que siempre deben ser evaluadas por un cardiólogo que diagnosticará o descartará problemas cardiovasculares en el paciente.

Grupos de riesgo

La especialista recuerda también la importancia de que algunas personas con condiciones especiales mantengan también un seguimiento cardiovascular personalizado.

Es el caso de los deportistas profesionales, que deben realizarse chequeos con cierta asiduidad para probar la normalidad estructural y funcional cardíaca y descartar enfermedades que pongan en riesgo su vida, así como mejorar la gestión de la eficiencia de sus entrenamientos para alcanzar mejores marcas.

Asimismo, en mujeres embarazadas se recomienda un seguimiento cardiovascular específico durante todo el proceso, unido siempre a hábitos de vida saludables que protejan su propia salud y la del bebé, ya que puede ser vital.

Por último, en cuanto a los pacientes de la tercera edad, deben realizar visitas al cardiólogo para el seguimiento de alguna patología específica que puedan padecer o para realizar revisiones rutinarias con el objetivo de descartar futuros problemas cardíacos.