Sin intestino sano no hay cerebro: muestra las carencias y lo que hay que suplementar
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"Tras la fase de diagnóstico, se determina la falta de minerales, vitaminas o aminoácidos como consecuencia del estrés oxidativo"
El estudio de la microbiota intestinal, que podemos definir como el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino, han abierto un horizonte de conocimiento en torno a las causas naturales de la conexión conocida popularmente como eje intestino-cerebro, que ha demostrado tener una relación directa en el desarrollo de enfermedades como la depresión o la ansiedad, entre otras. Es decir, que el cerebro y el intestino se encuentran interconectados con una intensidad que nos permite afrontar los problemas asociados tradicionalmente a la ciencia psiquiátrica o psicológica desde una perspectiva completamente innovadora y complementaria.
Así, la doctora y especialista en psiconeuro e inmuno endocronología y medicina integral, Silvina Gabriela Guala, «el intestino y el cerebro se encuentran cada vez más conectados» y, en este sentido, «este órgano nos muestra las carencias y lo que hay que suplementar, es el mapa que nos revela el trabajo a realizar». De esta forma, asegura que a partir de su análisis «diseñamos qué hacer con las hormonas desde la suplementación natural, cambiando además el tipo de vida de la persona a partir de estudios dinámicos y análisis» y ha agregado que hay que «entender esta vinculación hormonal nos permite establecer una estrategia eficaz y tratarlas en grupo para obtener así mayores resultados».
La doctora Guala cree «si no sabemos preservar nuestro intestino y que funcione con normalidad, nos tendremos que enfrentar a graves problemas, como la hipertensión, la diabetes, la menopausia precoz o las alteraciones del tiroides», ha comentado.
Organismo desequilibrado
Tras la fase de diagnóstico, se determina la falta de minerales, vitaminas o aminoácidos como consecuencia del estrés oxidativo continuado sufrido, algo que lleva al organismo a un desequilibrio de distinto grado. Se pasa a un estado de intoxicación de cortisol que, de no atajarse, hará que se despierten ciertas enfermedades que quizás estaban dormidas. «De ahí que sea tan importante manejar el estilo de vida», ha explicado la doctora.
A juicio de la doctora Guala, «el mundo de hoy necesita más oxitocina, que es la hormona del amor y de la empatía, más dopamina, que es la hormona del disfrute y del bienestar, y sin duda más serotonina, que es un potente neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo. Y no debemos perder ni un minuto porque mañana puede ser tarde».
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