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Los sabores afrutados y dulces de los cigarrillos electrónicos ayudan a dejar de fumar

En los países sin prohibiciones a los sustitutos de los cigarrillos convencionales se ha reducido el número de fumadores

La reciente presentación del Real Decreto que incluye la prohibición total de sabores en los cigarrillos electrónicos ha reavivado la discusión sobre el papel de estos productos en la reducción de daños del tabaquismo. Aunque las autoridades justifican estas medidas como una estrategia para proteger a los jóvenes del inicio en el vapeo, expertos como el Dr. Konstantinos Farsalinos argumentan que la eliminación de sabores podría tener efectos contraproducentes, poniendo en riesgo los avances logrados en la lucha contra el tabaquismo.

En una revisión actualizada del estudio ‘The Case for Flavours in Tobacco Harm Reduction’, el cardiólogo griego detalla cómo los sabores actúan como un facilitador clave para que los fumadores adultos abandonen el cigarrillo convencional. Según explicó, los sabores frutales, de postres y dulces no solo mejoran la experiencia del usuario, sino que también aumentan significativamente las tasas de cesación tabáquica. 

El doctor Javier Nieto, presidente de la Asociación Castellano-Manchega de Hipertensión Arterial, en declaraciones a OKSALUD, constató: «Estas medidas restrictivas de los sabores pueden ser contraproducentes en el caso de los ‘fumadores empedernidos’ ya que resulta muy positivo que se pasen de los cigarrillos convencionales a los electrónicos porque reducen el 95% de las sustancias dañinas presentes en el humo del cigarrillo».

Este estudio transversal liderado por Farsalinos contó con más de 69.000 participantes y demostró que los sabores afrutados y dulces son los preferidos por los fumadores en su transición al vapeo, mientras que los sabores de tabaco tienen una adopción marginal. Entre los exfumadores, el 83.3% utilizó sabores de frutas para dejar de fumar, en comparación con sólo el 15% que recurrió a sabores de tabaco. Estos hallazgos subrayan que los sabores no son un capricho, sino una herramienta esencial en la estrategia de cesación tabáquica.

El equilibrio 

Entre las conclusiones del estudio del Dr. Farsalinos está la advertencia de que la prohibición de sabores podría llevar a muchos usuarios de cigarrillos electrónicos a regresar al tabaco convencional, anulando años de progreso en la lucha contra el tabaquismo. En lugar de eliminar esta opción, propone una regulación que limite el acceso a menores sin restringir la disponibilidad para adultos que buscan alternativas menos dañinas. 

El Dr. Javier Nieto cree que en el término medio está la solución: «En países como Inglaterra o Nueva Zelanda se está prohibiendo el acceso y la venta del tabaco a los jóvenes como método para evitar que se inicien en su consumo pero, al mismo tiempo, las experiencias en otros países como EEUU o Suecia, demuestran que la liberalización de los productos de sustitutivos al tabaco convencional como el snus (bolsas de tabaco oral sin combustión) o los vapeadores reduce significativamente el consumo de cigarrillos».

En España, esta prohibición total podría tener un impacto significativo en los fumadores que ya han encontrado en el vapeo una herramienta eficaz para dejar el cigarrillo convencional. El desafío, según el Dr. Nieto, es encontrar un punto medio que contemple la protección de los jóvenes sin descartar una solución para los adultos fumadores «a lo mejor, se pueden eliminar algunos sabores y dejar los básicos como el mentolado».

El debate sobre los sabores en los cigarrillos electrónicos debe centrarse en la evidencia científica como el estudio anteriormente mencionado. Prohibirlos completamente podría ser un error costoso, tanto en términos de salud pública como de libertad individual. Con una regulación adecuada, que combine restricciones para proteger a los menores y acceso garantizado para los adultos, los sabores podrían ser la clave para reducir drásticamente las muertes relacionadas con el tabaquismo en el siglo XXI, o al menos para reducir el consumo y la adicción a la nicotina, tal y como determina en sus conclusiones el Dr. Farsalinos.