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Reflujo gastroesofágico: síntomas, causas y cómo tratarlo

Cuando tememos algún problema en el esófago es cuando aparecen las náuseas, el dolor y ardor de estómago además de muchos otros. Es lo que se conoce como reflujo gastroesofágico y debemos conocer sus síntomas y causas.

Tanto una mala alimentación como malos hábitos, además de otras enfermedades relacionadas con el aparato digestivo pueden dar lugar a este problema que hay que tratar.

Cuándo se produce el reflujo gastroesofágico

Mayo Clinic nombra que, al tragar, una banda circular de músculos que rodea la parte inferior del esófago (esfínter esofágico inferior) se relaja para permitir que los alimentos y líquidos lleguen al estómago, y luego se vuelve a cerrar.

Entonces, si el esfínter no se relaja como debería o se debilita, el ácido del estómago puede volver a subir al esófago. Este constante reflujo de ácido irrita el revestimiento del esófago, lo que suele dar lugar a que se inflame.

Sus diversos síntomas

Son variables y van desde el ardor, dolor a quemazón abdominal pasando por síntomas respiratorios. En Clínica Universidad de Navarra citan que en los síntomas respiratorios, está la afonía o carraspera (por irritación de la laringe por el ácido refluido) o incluso asma o dificultad respiratoria (por aspiración del ácido a la vía respiratoria). Aparecen pirosis (ardor), afonía, carraspera, asma o dificultad respiratoria, tos o sibilancias, dificultad para deglutir, hipo, ronqueras, dolor de garganta.

Complicaciones de este problema

Aunque normalmente es algo benigno, no se descartan ciertas complicaciones algo más graves como esófago de Barrett, que puede evolucionar, si no se trata adecuadamente, en cáncer de esófago. La gran mayoría de los cánceres de esófago vienen derivados del reflujo estomacal crónico.

¿Hay tratamientos?

Antes, conviene saber que hablamos de una enfermedad crónica. Clínica Universidad de Navarra explica que hay entonces un tratamiento de mantenimiento, aunque éste depende de la gravedad del reflujo y de la existencia de complicaciones.

Los casos leves son tratables de forma más rápida y se basan reducir las molestias el paciente. Se suelen tomar fármacos, pero siempre según el tratamiento de cada uno y del que establezca el médico y especialista de cada caso. A su vez, hay medicaciones de venta libre para reducir los síntomas o dolores que se producen por el ácido gástrico que surge en el estómago. Si el caso es más grave, el médico puede recomendar la cirugía.

En todo caso, y en base al criterio y diagnóstico, el médico es el que establecerá el tratamiento necesario según cada caso.