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La realidad virtual abre una nueva era en la detección precoz del alzheimer

Un equipo de la Universidad de Columbia Británica convierte pruebas cognitivas en experiencias inmersivas

Las tareas de memoria espacial en entornos de RV podrían anticipar la aparición del deterioro cognitivo

Detectar los primeros signos del alzheimer antes de que se manifiesten sus síntomas clínicos es uno de los retos a los que se enfrenta la neurociencia moderna. Ahora, una nueva investigación llevada a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá) apunta a que la solución podría encontrarse en un entorno inesperado: la realidad virtual.

Durante la última conferencia de la Sociedad de Neurociencia Cognitiva (CNS), celebrada en Boston (Estados Unidos), se emitió un comunicado que indicaba que los investigadores demostraron cómo las tareas de orientación espacial en escenarios virtuales permiten identificar diferencias significativas relacionadas con la edad y el deterioro cognitivo leve, a menudo un precursor del Alzheimer. Estas diferencias se vinculan, en algunos casos, con la acumulación de proteínas características de la enfermedad en el cerebro.

El proyecto transforma las clásicas pruebas de memoria 2D en simulaciones 3D inmersivas. En ellas, se pide a los participantes que localicen objetos cotidianos, como las llaves o el mando de la tele, dentro de una sala de estar virtual, y luego que reproduzcan ese entorno tal y como lo recuerdan, que «hagan memoria». Este tipo de tareas permite detectar de forma no invasiva fallos sutiles en la memoria espacial, un área especialmente afectada en las fases iniciales del Alzheimer.

Detección precoz del alzheimer

«Sabemos que una detección temprana del Alzheimer puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas, al permitir intervenciones que ralenticen la progresión de la enfermedad», explica Manu Madhav, neurocientífico de la Universidad de Columbia Británica. «Pero los diagnósticos actuales dependen de biomarcadores invasivos y costosos, por eso necesitamos herramientas más accesibles y precisas».

La realidad virtual se perfila así como una prometedora alternativa. Las pruebas se han realizado con adultos jóvenes, con mayores sanos y en personas con deterioro cognitivo leve. Los resultados obtenidos muestran una caída progresiva en la precisión con la que se recuerda la ubicación de objetos, lo que sugiere que este tipo de tareas pueden servir como indicadores precursores del declive cognitivo.

Las cifras que manejan para la investigación indican que alrededor de una de cada trece personas entre los 65 y 84 años desarrollará Alzheimer. Esta cifra irá en aumento según avance la prolongación de la esperanza de vida. Integrar estas pruebas de RV con biomarcadores en sangre podría permitir predicciones más precisas sobre quién está en riesgo.

Entorno de realidad virtual complejos

El equipo de Madhav ya ha comenzado a trabajar con adultos sanos en entornos más complejos como son circuitos para corredores virtuales en los que los participantes deben recordar los puntos de partida, ubicaciones ocultas o distintas rutas. «Hemos visto diferencias claras entre adultos jóvenes y mayores», afirma el experto. «Ahora nos preparamos para probar con personas diagnosticadas en fases tempranas de la enfermedad».

Como ingeniero y experto en robótica, Madhav se interesó por los paralelismos entre los sistemas de navegación de los robots y el funcionamiento del cerebro humano. Tras colaborar en investigaciones con roedores, se sumó a un centro especializado en Alzheimer, donde diseñó sistemas de RV adaptados a personas mayores. «El reto era lograr una experiencia cómoda y comprensible para ellos. Lo hemos conseguido, y pueden permanecer más de una hora en un entorno inmersivo sin desorientarse», señala.

Gracias a sensores de seguimiento ocular y de movimiento, estos sistemas recogen datos muy precisos sobre el comportamiento de los participantes. El objetivo es que pronto estas herramientas puedan emplearse en centros médicos y clínicas de forma rutinaria.

Para Madhav y su equipo, lo que antes era ciencia ficción hoy está a punto de convertirse en una revolución diagnóstica. Un paso más hacia un futuro en el que detectar el Alzheimer a tiempo no sea una excepción, sino la norma.