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¿Por qué el verano es la mejor época para detectar casos de escoliosis?

La causa del tipo más común de escoliosis es desconocida, aunque parece haber un componente hereditario

Su prevalencia fluctúa entre un 2-3% a nivel mundial, siendo la mayoría niñas y mujeres

La escoliosis es una desviación lateral de la columna vertebral que se diagnostica principalmente en adolescentes. La mayoría de los casos de escoliosis son leves, pero algunas curvaturas pueden empeorar a medida que los niños crecen. En casos graves, la escoliosis puede llegar a ser incapacitante, dificultando la respiración debido a la reducción del espacio dentro del pecho, tal y como detallan en la Clínica Mayo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la escoliosis es una curvatura lateral de la columna vertebral en forma de S o de C que  puede ocurrir a ambos lados y en diferentes lugares de la espalda y su prevalencia fluctúa entre un 2-3% a nivel mundial, siendo la mayoría niñas y mujeres. La escoliosis idiopática suele aparecer en la adolescencia, coincidiendo con el pico de crecimiento, aunque también puede manifestarse en edades más tempranas. Sin embargo, con tratamiento, observación y seguimiento médico, la mayoría de los niños y adolescentes con escoliosis tienen una vida normal y activa.

La causa del tipo más común de escoliosis es desconocida, aunque parece haber un componente hereditario ya que este trastorno suele transmitirse de padres a hijos. También puede ser causada por afecciones neuromusculares, defectos de nacimiento en la columna vertebral, cirugías previas en la pared torácica, lesiones o infecciones de la columna, y anormalidades de la médula espinal. 

Los factores de riesgo más habituales incluyen la edad (adolescencia), el sexo (las niñas tienen mayor riesgo de progresión de la curvatura) y los antecedentes familiares.

Detección precoz

La detección precoz en clave para evitar complicaciones posteriores, por eso, este verano, desde la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER) han lanzado una campaña de concienciación sobre la importancia del diagnóstico precoz de la escoliosis, destacando que ésta es la época ideal para detectar posibles casos debido a que los niños suelen llevar menos ropa y sus espaldas están más visibles en la playa o la piscina. Los síntomas comunes de la escoliosis incluyen hombros desiguales, un omóplato más prominente que el otro, una cintura desigual y una parte de la caja torácica que sobresale más, todos ellos visibles cuando los menores están en traje de baño. 

Luis Álvarez, presidente del GEER, enfatiza en los medios la importancia de la detección precoz: «En verano, cuando los niños llevan bañadores, es más fácil observar su espalda. Recomendamos a los padres que estén atentos y consulten a un especialista ante cualquier duda. La detección temprana puede evitar la progresión de la curvatura hasta niveles que requieran cirugía».

Aunque la mayoría de las personas con escoliosis tiene una forma leve, pueden surgir complicaciones como problemas respiratorios, dolor crónico de espalda en la edad adulta y cambios visibles en la apariencia, como caderas y hombros desiguales y costillas prominentes. Para los casos leves, se realizan controles periódicos, generalmente mediante radiografías, para monitorear la progresión de la curvatura. En muchos casos, no se requiere tratamiento, aunque algunos niños necesitan usar corsés ortopédicos y otros podrían necesitar cirugía para corregir las curvaturas más severas.

Durante el 38º Congreso Anual del GEER, celebrado en Málaga, se presentaron nuevos resultados sobre el tratamiento conservador de la escoliosis idiopática en niños y adolescentes. Un estudio realizado en Barcelona comparó la efectividad del uso del corsé ortopédico nocturno y diurno. Los resultados mostraron que ambos métodos son igualmente efectivos para prevenir la progresión de la escoliosis, aunque el corsé nocturno tiene una mayor adherencia debido a su menor impacto en la autoimagen de los pacientes.

Es importante consultar a un profesional de la salud si se observan signos de escoliosis en un niño. Las curvaturas leves pueden desarrollarse sin que se note, ya que generalmente no causan dolor. En muchos casos, los profesores, los amigos o compañeros de actividades deportivas pueden ser los primeros en detectar la escoliosis.