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Para qué sirve un desfibrilador

Relacionado con los ataques al corazón y en general la actividad cardiaca, está el desfibrilador. ¿Sabes en qué consiste y cómo utilizarlo? Toma nota.

Cuando una persona sufre un paro cardíaco en la calle o en su hogar, la posibilidad de salvar su vida depende de la llamada “cadena de supervivencia”. Esta se forma con las personas que rodean a la víctima, y tienen conocimientos suficientes como para aplicar técnicas de soporte vital básico mientras llega el servicio de emergencia médica.  Además, los lugares con gran afluencia de público, como estaciones de transporte público o centros comerciales, deben estar equipados con un desfibrilador. A continuación te explicamos para qué sirve y cómo se utiliza.

Funciones de un desfibrilador

El desfibrilador es un aparato que sirve para restablecer el ritmo cardíaco. Puede utilizarse en muchos casos, desde un paro cardíaco secundario hasta una arritmia grave. En condiciones normales, el corazón late unas 60 a 80 veces por minuto y las células cardíacas generan impulsos eléctricos para mantener este ritmo.

Sin embargo, ante una enfermedad o daño, los impulsos eléctricos comienzan a ser desordenados, generando la llamada fibrilación ventricular. Mediante un choque eléctrico se logra que las células cardíacas restablezcan su ritmo de envío de impulsos al corazón. Esto debe hacerse dentro de los primeros minutos del infarto. Precisamente esto es lo que hace un desfibrilador: salvar una vida.

En España la obligación de crear espacios cardioprotegidos mediante la instalación y mantenimiento de un desfibrilador portátil externo está a cargo de cada una de las Comunidades Autónomas. Cada vez son más las que se suman a esta iniciativa. Para operar un desfibrilador es necesario realizar una capacitación. Sin embargo, los actuales desfibriladores son muy fáciles de manejar y tienen guías de voz para poder ser operados por cualquier persona.

Cómo se utiliza el desfibrilador

¿Hablábamos de la cadena de supervivencia? El primer eslabón es la persona que detecta el ataque cardíaco. Su función es llamar de inmediato a la emergencia médica. Para ganar tiempo hasta que llegue la ambulancia o traigan el desfibrilador, el siguiente eslabón es la aplicación de RCP o reanimación cardiopulmonar.

A partir de la llegada del desfibrilador, el tercer eslabón es su aplicación correcta combinada con RCP y respiración boca a boca para que la persona afectada pueda recuperar la respiración y el latido cardíaco.

El desfibrilador administra una descarga eléctrica capaz de restablecer el ritmo cardíaco. Para utilizarlo:

  1. Encender el desfibrilador.
  2. Suspender la RCP.
  3. Colocar los parches o electrodos, uno debajo de la clavícula derecha y el otro unos 10 cm. debajo de la axila izquierda. Los desfibriladores que se encuentran en los espacios públicos están diseñados para adultos, pueden utilizarse en niños mayores de 8 años o con más de 25 Kg. de peso. Si el niño es más pequeño, las paletas deben colocarse una frente al pecho y la otra en la espalda.
  4. El desfibrilador automáticamente analiza la actividad eléctrica del corazón e informa si es necesario o no realizar la descarga. Si es automático, la realiza después de una señal. Si es manual o semautomático, será necesario aplicar las descargas alternando con masaje cardíaco.

Ahora que sabes para qué sirve un desfibrilador, aprende a utilizarlo. ¡Puedes salvar una vida!