¿Qué riesgos tiene el tratamiento de la menopausia para el corazón?
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Las enfermedades relacionadas con el corazón siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo y en España. Es, además, la primera causa de mortalidad entre las mujeres, superando incluso la morbilidad de los casos de cáncer.
Una tendencia asociada, normalmente, a los cambios hormonales que sufren las mujeres a lo largo de su vida y que se ven incrementados con el cese de producción de estrógenos que produce la menopausia, y para los que normalmente se implementa la llamada Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), o Terapia Hormonal para la Menopausia (THM). Una terapia que busca paliar los efectos comunes de la menopausia, pero también reducir riesgo cardiovascular asociado (que empeora aún más en casos de menopausia en edades tempranas o fallo ovárico precoz).
Sin embargo, la elección de la THM y su vía de administración va a depender del perfil de la mujer y de sus factores de riesgo, existe un momento oportuno, o ventana de oportunidad para poderla indicar y que sea beneficiosa para esa mujer y su relación con el sistema cardiovascular.
Los cambios hormonales en las mujeres
A lo largo de su vida, la mujer sufre cambios hormonales que le provocan un mayor riesgo de enfermedad tromboembólica, como son el embarazo, la anticoncepción, las terapias de reproducción asistida, el tratamiento hormonal antitumoral, el estado posmenopáusico, o Terapia Hormonal para la Menopausia (THM).
Tal y como nos explica el Dr. Alejandro Sáez, especialista de la Unidad Integral de Cardiología en el Hospital Universitario La Luz, «el cese de los estrógenos ováricos empeora el efecto de los factores de riesgo cardiovascular y produce cambios de la grasa abdominal, en la tensión arterial, en el perfil lipídico y en las glicemias. Motivo por el cual la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de morbimortalidad tras la menopausia».
¿Cómo afectan las hormonas al corazón?
El efecto de los estrógenos puede crear duda y ambigüedad porque inducen variaciones y aumento en algunas de las proteínas implicadas en la hemostasia y factores de coagulación y pueden tener un papel protrombótico, pero a su vez, recuerda el especialista, «los estrógenos endógenos (los desarrollados de forma natural) protegen el tono vascular, potencian la vasodilatación y la complacencia vascular (la cantidad de sangre que se puede acumular), generando adicionalmente un efecto antiinflamatorio, antioxidante y mejorando el perfil de lípidos».
Además, los estrógenos también aumentan los triglicéridos (TGV) y el llamado colesterol bueno (HDL) y metabolizan el colesterol malo (LDL). Por su parte, la progesterona (gestágenos) aumenta el colesterol total, modifica la actividad del HDL y LDL; y ayuda a que no se formen placas de ateroma (grasa).
Entonces, ¿es beneficiosa la terapia hormonal para la menopausia?
Claro que es beneficiosa, siempre y cuando se elija de forma correcta a la mujer que los necesita y se beneficiara de ellos, y esto esta en relacion directa con los antecedentes previos y factores de riesgo y el momento del inicio de la terapia.
En la Población sana y sin antecedentes se evidencia reducción del riesgo de cardiopatías en todas las edades tras el inicio de la terapia hormonal, más marcado entre los 50 y los 59 años, pero no recomendado por encima de los 70 años ( incremento del riesgo), por lo tanto su inicio precoz conlleva un beneficio claro y no hay un límite en la duración.
Factores de riesgo de la Terapia Hormonal para la Menopausia (THM)
¿Pero qué pasa con aquellas pacientes con factores de riesgo previo o antecedentes de patología cardiovascular? En general los estudios incluyen pacientes de mas de 60 años, porque es a esta edad cuando se inicia la aparición de los eventos cardiovasculares, menos frecuentes entre los 50-60 años.
Ateromatosis
Está demostrado que las placas de ateroma (grasa) se desestabilizan cuando se añaden estrógenos, pero al mismo tiempo, se sabe que estas hormonas protegen precisamente de la formación de las placas, por lo que es vital que su uso sea precoz.
Hipertensión
Se puede considerar el uso de terapia hormonal en pacientes con hipertensión, siempre que no estén asociados a otros factores de riesgo.
Trombosis
El riesgo de enfermedad venosa (trombosis venosa profunda, o tromboembolismo pulmonar) es mayor en pacientes con condiciones previas conocidas. Con antecedentes de trombosis el riesgo se incrementa hasta 10 veces y se desaconseja la terapia hormonal.
Trombofilias
En las trombofilias, o alteraciones de la coagulación, el riesgo con la terapia oral puede aumentar entre un 15% y un 25% dependiendo de la mutación, pero se puede considerar la vía transdérmica como opción.
Obesidad
La obesidad depende del IMC (índice de masa corporal). Con un índice menor de 25 el riesgo es de 5%, sube a 10 % con un IMC de entre 25-30 y hasta el 20% con un IMC de más 30. Siempre se recomienda la transdérmica.
Tabaquismo
El tabaco provoca un incremento del metabolismo hepático de los estrógenos por lo que se pueden reducir, o cancelar los efectos y beneficios de la terapia, en especial con la terapia oral.
Angina de pecho, infarto, o ictus
En mujeres que hayan sufrido una angina de pecho, infarto o ICTUS previo, se recomienda realizar previamente un estudio cardiológico completo y estudiar la causa antes de indicar la terapia hormonal.
En conclusión, la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de morbimortalidad tras la menopausia. Parece que la THM ejerce efecto protector de trombosis arteriales por debajo de los 70 años y que es mayor en inicio temprano y no influye el tiempo de uso.
Pero su utilidad no es la prevención cardiovascular ni primaria ni secundaria. Se utiliza para control de síntomas de la menopausia y siempre debe ser indicado por su médico especialista.