En qué consiste la infiltración
A menudo escuchamos en medios de comunicación la noticia de la infiltración en algún futbolista profesional. ¿En qué consiste realmente este tratamiento?
Una infiltración es una herramienta terapéutica de gran importancia en el alivio de diversas dolencias como la tendinitis, la osteoartritis y los dolores articulares crónicos. El objetivo principal de cualquier terapia en la que la infiltración sea recomendable es el alivio del dolor, aunque sus beneficios trascienden de una simple aplicación. En la actualidad, se realizan infiltraciones de cortisona en la mayoría de los casos, pero también son habituales las de ácido hialurónico o las de oxígeno-ozono.
¿Cómo se realiza la infiltración?
Realizar una infiltración significa inyectar un medicamento directamente en el lugar en donde se encuentra el dolor. Esto se aplica en una articulación dolorosa, un tendón o un nervio.
La aguja penetrará muy ligeramente en la cavidad y depositará lentamente el medicamento. Por lo general, una infiltración no causa más dolor que una extracción de sangre, aunque es posible alguna secuela en el corto plazo que puede llegar a extenderse por 48 horas. Si las molestias se extienden más allá de ese plazo, es conveniente consultar a un médico.
En la mayoría de los casos, el medicamento inyectado es un antiinflamatorio a base de cortisona, cuya presentación es en forma de pequeños cristales, pues así su disolución es más lenta y tiene un efecto más duradero. Para hacer la infiltración no es necesario ningún tipo de preparación, pero el paciente puede realizar, por su propia cuenta, algún ejercicio previo de relajación.
Dolencias típicas que requieren infiltración
Una de las principales ventajas de esta terapia, más allá de sus efectos inmediatos, es la posibilidad de reducir la ingesta de fármacos para aliviar el dolor.
La infiltración es recomendable como opción terapéutica en la osteoartritis de las articulaciones grandes, como la rodilla, el hombro o la cadera y en la osteoartritis de las articulaciones pequeñas como la de la muñeca, el tobillo o los dedos.
Las hernias de disco pueden tratarse con infiltración de ozono y en este caso el método ofrece varios beneficios. Además de su acción antiinflamatoria, promueve la deshidratación de la hernia filtrada y reduce sensiblemente la compresión en el nervio ciático.
Al mismo tiempo, la terapia mediante infiltraciones puede combinarse con la fisioterapia y la práctica regular de ejercicios. La osteoartritis en general, el dolor de espalda baja, las contracciones musculares o las tendinopatías pueden mejorar, incluso desaparecer, con la práctica de ejercicios de elongación muscular.
¿Tienes alguna de estas dolencias? Esperamos que este artículo te haya sido útil. Si tienes dudas o preguntas, deja tu comentario, o comparte la información para que tus amigos puedan realizar este tratamiento para acabar con el dolor.
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