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El breve protocolo que reduce la mortalidad por infarto

El protocolo del que hablamos consta únicamente de cuatro pasos

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad entre las mujeres, con más de un millón de casos al año. Y no solo eso, además están acompañadas de los peores resultados clínicos en materia de intervención coronaria, terapia médica, eventos adversos o atención hospitalaria. Siempre en comparación con los pacientes del género masculino. Una disparidad cada vez más visible y con resultados catastróficos.

Las diferencias entre sexos en materia de infartos son muy notables.

«Se sabe desde hace tiempo que la brecha de género para estos tipos de ataques cardíacos críticos es un problema real. Sin embargo, hay muy pocos datos que demuestren estrategias exitosas y ninguna recomendación formal sobre cómo se debe diseñar un sistema para brindar la mejor atención posible a las mujeres», afirma Umesh Khot, autor principal del estudio.

Ante esta realidad, un grupo de investigadores de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, ha descubierto la eficacia de un breve protocolo para el tipo más severo de ataque cardíaco. Consta únicamente de cuatro pasos y no solo mejora los resultados del infarto, también reduce la mortalidad sin importar el sexo del paciente.

Cuatro pasos para salvar miles de vidas

El protocolo reduce en un 50% los casos de mortalidad entre mujeres.

Este protocolo integral está diseñado para minimizar la variabilidad de la atención, gracias a un enfoque con menos complicaciones hemorrágicas y una mejor supervivencia en comparación con el uso de otro tipo de intervenciones. ¿Cuáles son los cuatro pasos a seguir?

El infarto más dispar

El protocolo lleva en activo desde 2015.

Los resultados del estudio mostraron una mejora del infarto en ambos sexos y una reducción del 50% en casos de muertes intrahospitalarias en mujeres. «Nuestra investigación muestra que poner en marcha un sistema que minimiza la variabilidad de la atención eleva el nivel de atención para todos y podría ser el primer paso para resolver las disparidades de género de larga duración», asegura Khot. El protocolo Stemi de cuatro pasos se implantó en 2015 con un desenlace sorprendente.