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Prepararte para ser mamá: mucho más que la elección de un carrito

¡Cuántas dudas surgen! ¡Cuánta incertidumbre! ¿Quién no se ha cuestionado si será suficientemente capaz?

La llegada de un bebé es siempre un momento de inflexión en la vida. Pasa cuando es un hijo deseado y buscado o si llega por sorpresa, si es de una pareja, una madre soltera o por adopción; cuando es el primero, el segundo o el quinto… Su venida siempre es un antes y un después y requiere grandes cambios en la vida de las personas que lo esperan.

La planificación, preparación y todos los conocimientos que podemos aprender durante el período de espera son claves para recorrer ese nuevo camino con seguridad, tranquilidad y confianza en uno mismo.
En mi trabajo como babyplanner personal, mentora de futuras babyplanners y autora del libro de reciente publicación “Nace una mamá. 12 claves para planificar la llegada de tu bebé”, mi labor es guiar y acompañar a los futuros padres para que puedan vivir esa transformación de forma consciente y empoderada, tomando sus propias decisiones y sintiéndose seguros en nuevo rol.

¡Cuántas dudas surgen! ¡Cuánta incertidumbre! ¿Quién no se ha cuestionado si será suficientemente capaz? Todas las madres y padres pasamos por lo mismo durante el embarazo y todos hemos tenido esa sensación de no saber ni por dónde comenzar. Si bien esto es parte del proceso -y debemos estar tranquilos por sentirlo en un determinado momento-, también tenemos que saber que hay mucho que podemos hacer para que estas sensaciones sean sólo parte de una etapa y no nos acompañen más de lo esperado.
¿Cuáles son los 5 errores más comunes de quienes esperan un bebé?

Sin duda, el primero y a mí entender más importante es ir sobre la marcha. Significa esto no planificar, ir aprendiendo (en el mejor de los casos) a medida que va sucediendo, no anticiparse, no conocer opciones. Esto desemboca en perder la capacidad de decidir por nosotros mismos, perder el control sobre lo que deseamos para nuestro bebé, perdernos oportunidades y darnos cuenta más adelante que lo hubiéramos hecho de otra manera de haberlo planeado o investigado a tiempo.

Otro error muy común es dejarnos guiar por nuestros familiares y amigos. Cuando vemos madres y padres con experiencia solemos apoyarnos en ellos para tomar decisiones, y es así que escogemos no colechar porque una amiga lo desaconsejó, o criar como antaño porque la reciente abuela así nos ha enseñado, o comprar un cochecito porque la influencer lo promociona. No nos paramos a pensar que su hogar es diferente, su forma de pensar no es la misma, su rutina y su día a día no son las que vivimos nosotros; y por tanto sus necesidades y sus decisiones son las que son, pero no tienen por qué ser las nuestras.

Otro error importante es no controlar los tiempos de cada proceso. Comprar la canastilla al recibir el positivo o pensar el plan de parto cuando comienzan las contracciones. Esto provoca o bien decisiones precipitadas o, por el contrario, falta de capacidad de acción. Cada paso que damos en el embarazo tiene su momento y aunque no hay momentos fijos -sino que dependen de cada mamá-, siempre hay un momento ideal para todo en cada embarazo.

Casi para terminar diría que otro de los errores más grandes es dedicar demasiado tiempo a escoger productos y muy poco a conocer sobre ellos y su interacción con el futuro bebé. Pasamos días destinados a escoger una hamaca y no nos enfocamos en conocer sobre el desarrollo motriz del bebé y el uso de la hamaca o sobre cuándo utilizarla y cuándo es mejor que el bebé juegue en el suelo. Pasamos días destinados a escoger los muebles de la habitación y sin embargo conocemos muy poco sobre los ciclos de sueño de un bebé, sobre cómo ayudarlo a dormir, sobre qué necesidades tendrá respecto al sueño los primeros meses y años. Así nos encontramos luego con una habitación fantástica y un bebé que duerme en la habitación de sus padres para que estos puedan trabajar al día siguiente.

El último de los grandes errores es el que llamo “el gran olvidado de los primerizos” y es no planificar el terreno emocional. No conocer qué puede llegar a suceder los primeros días, primeras semanas, primeros meses. No estar preparadas para sentir el posparto (en el caso de las mamás recientes) o no tener herramientas para acompañarlo (en el caso de las parejas). No saber qué sucede o por qué y no poder pedir ayuda. Esto sin duda, puede ser un error que nos genere las situaciones más difíciles de afrontar como recientes madres y padres.

¿Cómo no caer en estos errores?
La clave está en planificar. Tenemos naturalmente un período gestacional que nos ofrece suficiente tiempo para preparar ese gran cambio, ese momento de inflexión en la vida. Además, es un período mental y hormonalmente destinado a conectar con aquello que está por suceder. Es solo cuestión de darnos a nosotros mismos la importancia necesaria para poder confiar en nuestras decisiones y para poder tomarlas en base al conocimiento y búsqueda de alternativas que cumplan las propias necesidades. Eso sí, es muy probable que necesitemos un poquito de ayuda para poder planificar. De la misma forma que en los momentos más importantes en la vida nos dejamos guiar por quienes saben ayudarnos, para entrar en la maternidad y paternidad, para poder planificar en busca de nuestras propias decisiones, es fundamental saber qué planificar y cómo hacerlo.

A todas mis clientas, esas mamás con las que planificamos de forma personalizada la llegada de sus bebés, siempre les digo antes de comenzar “te llevaré de la mano para que puedas recorrer el camino hacia la maternidad de forma consciente” y cada una de ellas, justo antes de nacer su bebé, siempre me dicen “me siento preparada para ser mamá”.

Belén Marinone, Baby Planner