Pacientes de cáncer de pulmón exigen al Gobierno programas de cribado para mejorar la supervivencia
El pronóstico en cáncer de pulmón está determinado en cómo y cuándo se diagnostica
Bernard Gaspar ha reclamado la implementación de programas de cribado y el diseño de circuitos rápidos de atención para mejorar la agilidad en el diagnóstico
La Asociación Española de Afectados por Cáncer de Pulmón (AEACaP), ha vuelto a exigir al Gobierno la implementación de los cribados para detectar esta enfermedad antes de que se sucedan los síntomas, para elevar la supervivencia hasta un 80% y veinte años. Con síntomas estos datos se reducen a tan solo un 15%. En diversas ocasiones, esta plataforma ha protestado por la falta de interés ante el propio Ministerio de Sanidad, pero hasta el momento no ha habido una respuesta positiva más allá de las anunciadas por algunas Comunidades Autónomas que han señalado su interés por poner en marcha distintos protocolos en esta dirección.
Rompamos la brecha pulmonar en cáncer de pulmón. En cáncer de pulmón, cada vida cuenta. No todos contamos. Hay pacientes invisibles. Estas son algunos de los mensajes con los que se recuerda la necesidad de activar ya los cribados para esta enfermedad que cada año provoca más de 30.000 muertes.
Detrás de cada persona invisible se esconde una persona afectada, ya sean pacientes o familiares de pacientes de cáncer de pulmón, que reclaman un acceso más equitativo y ágil a una innovación que ya existe, pero que no llega del mismo modo a toda España y eso genera desigualdades entre comunidades autónomas, e incluso entre poblaciones dentro de una misma comunidad.
Circuitos rápidos de atención
El presidente de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP), Bernard Gaspar, ha reclamado la implementación de programas de cribado y el diseño de circuitos rápidos de atención para mejorar la agilidad en el diagnóstico de cáncer de pulmón.
En este sentido, han abogado por la necesidad de garantizar agilidad y equidad en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de pulmón en todo el territorio nacional para lograr reducir el número de detecciones en fases avanzadas (más del 70 %) y mejorar el pronóstico y control de una enfermedad que afecta a más de 30.000 personas cada año en España.
Del mismo modo, el presidente de Fundación MÁS QUE IDEAS, Carlos Abanades, ha remarcado que el pronóstico del cáncer de pulmón está, en gran parte, determinado por cómo y cuándo se diagnostica y, por tanto, «promover el acceso equitativo a un diagnóstico rápido y completo debe ser una prioridad política. La comunidad científica y social debemos ir de la mano para conseguirlo».
«Algunas dificultades para lograr un diagnóstico precoz y rápido se pueden derivar de la falta de conocimiento de los síntomas específicos asociados al cáncer de pulmón y, en este sentido, potenciar la formación en Atención Primaria sería muy positivo», ha añadido por su parte Bernard Gaspar porque, hay dos prioridades: «el acceso y equidad en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón y el manejo de los efectos secundarios para mejorar la calidad de vida».
Pruebas de biormarcadores
En este sentido, se ha resaltado que, los avances que se han producido en los últimos años en el proceso de diagnóstico del cáncer de pulmón, especialmente en el campo de la medicina de precisión y las pruebas de biomarcadores. Sin embargo, pacientes y especialistas han constatado que continúan existiendo déficits importantes, cuyo resultado es un elevado número de diagnósticos en fases metastásicas.
Para los expertos, realizar campañas de divulgación e implementar programas de cribado permitirían diagnosticar la enfermedad en fases iniciales, cuando las posibilidades de tratamiento con intención curativa son mayores. Además, tal y como han enfatizado profesionales y pacientes, es esencial hacer un diagnóstico correcto del tipo de tumor, lo cual incluye la realización de pruebas de biomarcadores que permitan conocer con mayor precisión la enfermedad y el planteamiento terapéutico para cada persona.
En este sentido, el jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Vall d’Hebron y presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP-IAP), Santiago Ramón y Cajal, ha explicado sobre este tema que «el patólogo tiene que diferenciar los diferentes tipos de carcinomas. En aquellos en que están descritos biomarcadores que son dianas terapéuticas tiene que hacer un panel molecular para identificar en cada paciente las alteraciones de su tumor. Dicha detección se asocia con un aumento significativo de la supervivencia».
Sin embargo, pacientes y expertos aseguran que existen dificultades y barreras que están incidiendo en el acceso y la correcta ejecución de estas pruebas. Según Ramón y Cajal, sólo en algunas comunidades existe un acceso universal al estudio de biomarcadores por técnicas de secuenciación de nueva generación y ha señalado que la razón de estas inequidades «es básicamente un tema político. En España hay centros suficientemente formados a nivel de patología molecular y lo que falta es decisión o voluntad política, a nivel estatal y en algunas Comunidades, para regular la organización de los servicios de Anatomía Patológica y laboratorios, en redes, y así optimizar el diagnóstico patológico y los estudios moleculares».
Ante la reciente noticia de la incorporación de biomarcadores en la cartera nacional de servicios, Gaspar ha aseverado que en el sistema español «como primer paso se recoge ya un avance del listado de posibles biomarcadores a determinar y su técnica de diagnóstico y, con ello, se ha abierto la posibilidad de incluir otros nuevos a medida que la investigación vaya dando resultados. Con esta circunstancia se resuelve el problema de que las comunidades autónomas se vean obligadas a implementar en sus hospitales las técnicas de diagnóstico, pero, por contra, van a faltar recursos económicos, humanos y materiales».
Cribados
Los programas de cribado son procesos de diagnóstico precoz que funcionan de modo óptimo para detectar lesiones precancerosas y mejorar el pronóstico de muchos pacientes, ya que consisten en la realización de pruebas diagnósticas a personas que, en principio, están sanas, pero que forman parte de un grupo de riesgo.
En este sentido, su uso en cáncer de colon y cáncer de mama ha permitido mejorar notablemente el índice de supervivencia media en ambos cánceres, que ahora se sitúa en el 85% a 5 años, para mama, y que ha mostrado un aumento de la supervivencia a 5 años del 23,4% en las personas con cáncer de colon que han participado, frente a las que no lo han hecho.
Así, según los últimos datos publicados (EUROCARE-4), solo el 10,7% de los pacientes que sufren un cáncer de pulmón sobrevive más de 5 años. Junto con los tumores de hígado, páncreas y esófago, los de cáncer de pulmón son los que tienen peor pronóstico, tanto en España como en el resto del mundo, no solo por lo agresivo del tumor en sí, sino también por la dificultad de realizar un diagnóstico precoz a través de un cribado.
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