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El mutismo selectivo, el otro trastorno de Greta Thunberg

Aunque el trastorno psicológico que más se conoce de Greta Thunberg es el de Asperger, también padece​ trastorno obsesivo-compulsivo y mutismo selectivo.

Aunque el trastorno psicológico que más se conoce de la activista de 16 años, Greta Thunberg, es el de Asperger, lo cierto es que también padece​ trastorno obsesivo-compulsivo (TOC),​ y mutismo selectivo.

Este último se conoce como un trastorno de ansiedad que hace que las personas parezcan mudos en determinadas situaciones y en otras hablan de forma normal, especialmente cuando están cómodos.

Debemos diferenciar este trastorno con una simple timidez. Puesto que los niños que tienen este problema no saben adaptarse a las situaciones nuevas, mientras que los tímidos, pueden mostrarse retraídos en un inicio, pero luego si tienen confianza, consiguen hablar.

Cuáles son sus causas

Aunque es algo complicado y más de verificar cuáles son sus causas, se pueden deber a diferentes razones. Por ejemplo, las genéticas, pues podría ser algo hereditario, mientras que también se debe a razones de temperamento y de un carácter propenso al miedo y a una timidez extrema.

Mientras que los factores ambientales también son causas directas de este trastorno, pues muchos estudios no han demostrado que la causa del mutismo selectivo esté relacionada con el abuso, la negligencia o el trauma. También hay problemas de neurodesarrollo, que afectan  habla o al procesamiento auditivo.

¿Qué síntomas aparecen?

En este trastorno los síntomas más importantes son la disminución y desaparición de la capacidad de habla, siempre que las personas crean que hay peligro o una situación en la que se encierran en ellos mismos. Es decir, que estos síntomas salen según determinadas circunstancias o bien ante determinadas personas.

No confundir con que faltan habilidades de comunicación o del habla, pues en otros contextos el niño habla estupendamente y con total normalidad.

¿Cómo tratar este síndrome?

El mutismo selectivo es complicado. Ello lo debe tratar el psicólogo con toda clase de exposiciones ante lo que el niño puede considerar un peligro para que poco a poco entienda que no lo es.

Hay diversos tratamientos que también pueden servir como que el niño vea cómo es cuándo se desarrolla bien y habla en las situaciones en las que puede hacerlo, mientras que también se utilizan terapias centradas en técnicas de entrenamiento en habilidades sociales, y la conocida terapia cognitivo conductual.