Los médicos paralizan la sanidad de toda España: cargan contra la reforma laboral de Mónica García

Este viernes, miles de médicos de toda España secundan una huelga nacional en protesta por la reforma laboral sanitaria, fruto del nulo interés de la ministra de Sanidad, Mónica García, en abrir una negociación real con el sector. La jornada de paro, convocada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y respaldada por el Foro de la Profesión Médica, refleja el profundo malestar del sector ante una normativa que consideran lesiva para sus derechos y peligrosa para la calidad asistencial.

Los facultativos denuncian que la reforma ignora las particularidades de su profesión y degrada aún más un sistema ya tensionado por la falta de recursos y reconocimiento.

Pese a la contundencia de la protesta, todo está perfectamente coordinado para garantizar la atención esencial a la ciudadanía. Las comunidades autónomas han fijado servicios mínimos que aseguran el funcionamiento de urgencias, unidades críticas, hospitalización y otros servicios imprescindibles. En Atención Primaria, también se mantendrán equipos suficientes para atender casos urgentes o inaplazables. El objetivo de la huelga no es perjudicar a los pacientes, sino visibilizar una situación insostenible que, de no corregirse, continuará deteriorando el sistema sanitario público.

Este viernes se celebran paros y concentraciones de médicos en distintas ciudades del país, en el marco de la primera huelga nacional convocada para exigir mejoras urgentes en la reforma laboral sanitaria impulsada por Mónica García. Los profesionales denuncian que el texto aprobado por el Gobierno es una chapuza legislativa que no refleja las verdaderas necesidades del colectivo médico ni reconoce las especificidades de su labor. Con esta jornada de protesta, buscan visibilizar su rechazo frontal a una reforma que, lejos de solucionar los problemas estructurales del sistema, los agrava.

Qué piden los médicos:

Los médicos reclaman de forma clara y concreta:

Una normativa laboral específica para la profesión médica que contemple sus condiciones especiales de formación y responsabilidad.

Medidas reales para garantizar la calidad asistencial y la seguridad del paciente.

Recuperar la capacidad de negociación y diálogo con el Ministerio de Sanidad.

Estabilidad laboral, mejoras retributivas y condiciones dignas para frenar la fuga de profesionales.

Planificación a medio y largo plazo para reforzar el Sistema Nacional de Salud frente al colapso progresivo.

Los sindicatos

Según denuncian, el ministerio se ha negado a acoger ni una sola de sus peticiones de calado, limitándose a acceder a cuestiones menores y accesorias y sus reuniones con el Comité de Huelga han sido infructuosas debido a que nunca ha existido verdadera voluntad negociadora. De hecho, señalan que tras terminar sin ningún avance sustancial la última reunión fueron retados, veladamente, a continuar con la huelga, confiando su estrategia a que ésta fracasara.

Ambas organizaciones consideran que la campaña de desinformación que ha lanzado Sanidad para desactivar la huelga es producto del miedo y de la mala fe a partes iguales. Ante la movilización sin precedentes del colectivo, aspira a ofrecer una imagen positiva que contrasta con la dureza que ha exhibido en la mesa de negociación, en la que nunca ha estado dispuesta a negociar de verdad y a abordar las peticiones que reclaman los profesionales.

El Comité de Huelga insiste en que este estatuto sigue sin reconocer la mayor responsabilidad del médico y su liderazgo clínico en la clasificación de los grupos profesionales y sin proporcionales un marco normativo propio que recoja la singularidad de la profesión y les otorgue un ámbito de negociación propio que impide que su voz quede diluida en mesas generales, donde son ignorados por los grandes sindicatos generalistas.

También consagra y perpetúa jornadas obligatorias de 60-70 y más horas, al mantener la jornada semanal máxima en 45 horas (antes 48) y en cómputo cuatrimestral (antes semestral). Denuncian que son los únicos trabajadores en España que deben hacer de manera obligatoria horas extra como mínimo hasta los 55 años, que no son consideradas como tal, ya que tienen carácter obligatorio y se retribuyen por debajo de la hora ordinaria, superando por cientos el límite máximo de horas extra que fija el Estatuto de los Trabajadores.