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La mala salud intestinal está relacionada con el COVID-19 severo, muestra un estudio

Las conexiones del coronavirus con otras patologías y problemas de salud, son diversas. ¿Cómo se relaciona la mala salud intestinal con el coronavirus?

La Sociedad Americana de Microbiología, anuncia en un comunicado de prensa que se ha examinado la evidencia que sugiere que la mala salud intestinal afecta el pronóstico de COVID-19 de forma negativa. Es muy frecuente que los casos graves incluyan síntomas gastrointestinales y las enfermedades asociadas se relacionen con una microbiota intestinal alterada. Si se demuestra que la mala salud intestinal puede causar un coronavirus grave, los tratamientos con probióticos y otras terapias podrían ayudar a estos pacientes, afirman los expertos.

La mala salud intestinal podría ser la responsable de los casos graves

Según este comunicado con fecha 12 de enero, la infección por COVID-19 genera síntomas muy diferentes y de diversa gravedad. Los más reportados son fiebre alta y dificultades respiratorias. No obstante, algunos estudios, entre los que se encuentran las autopsias realizadas, revelan que la infección también puede afectar los riñones, el hígado, el bazo, el corazón y el tracto gastrointestinal.

Son muy frecuentes los casos de pacientes hospitalizados que tienen problemas respiratorios y a la vez náuseas, vómitos y diarrea. Esto sugiere que cuando el virus afecta el tracto gastrointestinal, la gravedad de la enfermedad aumenta.

¿Cómo se relaciona con los casos graves de COVID-19?

Heenam Stanley Kim, un microbiólogo del Laboratorio de Interacciones Microbianas de la Universidad de Corea, en Seúl, basándose en las evidencias, se propuso investigar la conexión entre el microbioma intestinal alterado y el COVID-19 severo.

La hipótesis es que la disfunción intestinal, así como su intestino permeable asociado, pueden agravar la infección, pues permiten que el virus pueda acceder a la superficie del tracto digestivo y de los órganos internos.

Estos órganos serían vulnerables a la infección, pues tienen en la superficie ACE2 generalizado, una proteína diana del SARS-CoV-2. Las personas que corren más riesgo de COVID-19 grave, tienen una microbiota intestinal alterada. Estos son los adultos mayores y quienes sufren de enfermedades subyacentes.

El desequilibrio podría afectar la barrera intestinal, permitiendo que los patógenos accedan más fácilmente a las células del revestimiento intestinal. El microbiólogo, quien es también profesor de la Universidad de Seúl, dijo que comenzó a analizar estos estudios una vez que asoció la dieta de los países más afectados.

Los países ricos, con buena infraestructura médica, como los Estados Unidos y algunos países de Europa, son los que han tenido la mayor cantidad de infecciones. La dieta “occidental”, deficiente en fibra, es una de las principales causas de microbiomas intestinales alterados.

¿Cuáles son las evidencias?

Si bien la relación entre la salud intestinal y el agravamiento del coronavirus aún no se ha demostrado, los estudios realizados y la opinión de varios investigadores apuntan a que esto se podría demostrar.

Algunos autores opinan que los microbiomas intestinales no saludables podrían ser una de las razones de por qué algunas personas desarrollan una forma severa de COVID-19.

Un estudio de Singapur sobre casos de pacientes sintomáticos mostró que la mitad, aproximadamente, tenían un nivel detectable en las pruebas y solo la mitad tuvieron síntomas gastrointestinales. Esto sugiere que si el SARS-CoV-2 llega al tracto gastrointestinal, posiblemente no cause problemas.

Lo que Kim ha manifestado es que, en el momento de la infección, la salud intestinal de la persona puede ser un factor fundamental para el desarrollo de los síntomas.

En un estudio se compararon las muestras fecales recolectadas de pacientes infectados y se las comparó con el de personas sanas. Lo que se halló fue que en todas las personas con COVID-19 la diversidad bacteriana era muy reducida.

Los científicos ya han relacionado al coronavirus con el agotamiento de las especies de bacterias beneficiosas, mientras proliferan las patógenas. Algunas de estas especies que se agotan son las que producen butirato, que cumple una función fundamental para la salud intestinal.

Los pronósticos en el futuro

La patogenia de COVID-19 aún no se comprende completamente. Si los estudios futuros muestran que la salud intestinal afecta el pronóstico de COVID-19, argumentó Kim, entonces los médicos y los investigadores deberían aprovechar esa conexión para mejorar las estrategias destinadas a prevenir y controlar la enfermedad. Comer más fibra, según se ha dicho, puede reducir el riesgo de una persona de sufrir una enfermedad grave. Y el trasplante de microbiota fecal podría ser un tratamiento que valga la pena considerar para los pacientes con los peores casos de COVID-19.

Sin embargo, el problema con la salud intestinal va más allá del COVID-19, dijo. Una vez que pase la pandemia, el mundo aún tendrá que enfrentarse a las enfermedades crónicas y otros problemas asociados con la mala salud intestinal. «El mundo entero está sufriendo esta pandemia de COVID-19», dijo Kim, «pero lo que la gente no se da cuenta es que la pandemia de microbiomas intestinales dañados es mucho más grave ahora».

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Deja tus comentarios ¿Cuál crees que sea la relación entre el coronavirus grave y la salud intestinal?